[La pluralidad de los mundos dentro del espacio infinito lleva a la concepción de una sucesión de mundos en el tiempo infinito. (Draper, "Historia del desarrollo intelectual de Europa", t. II, pág.)] [Nota de Engels.]
Raya Dunayevskaya
Raya Dunayevskaya
“Quien alaba la teoría y el genio, pero no reconoce los límites del trabajo
teórico, deja de reconocer también lo indispensable del teórico. Toda la
historia es la historia de la lucha por la libertad. Si como teórico los oídos
de uno están puestos a tono con los nuevos impulsos de los trabajadores, nuevas
–categorías- serán creadas, así como una nueva forma de pensamiento y se dará
un paso adelante en el conocimiento filosófico”. Raya Dunayevskaya, Marxismo y libertad, pág 118.
Lo que trato de decir es que cuando lo real no puede expresarse con los
viejos términos, aun cuando estos términos sean marxistas, es porque un nuevo
estadio de conocimiento no ha estado a la altura del nuevo desafío que surge
desde la práctica que solo la filosofía parece capaz de iluminar. El viejo,
abstruso y abstracto hegelianismo le permitió a Lenin comprender lo que no
pudieron los términos concretos en El Capital –que el capitalismo monopolista
no era solo “una etapa”. El poder de la negatividad.
“No se puede encerrar una nueva dualidad dentro de una realidad vieja
basándose en las similitudes de los contrarios abstractos que entran en
conflicto. Es el choque de los contrarios concretos lo que exige una nueva
unidad”. Conferencia sobre la dialéctica de la organización y la filosofía.
“La transformación revolucionaria, es inmanente a la propia forma del
pensamiento.
Raya Dunayevskaya, El poder de la negatividad,
pág. 206.
Cada generación debe interpretar el marxismo para sí –
Marx mismo lo hizo durante las décadas de su desarrollo y del desarrollo del
movimiento de la clase obrera de la década del cuarenta, pasando por las
revoluciones de 1848 (así como) durante los años cincuenta y sesenta (del siglo
XIX) cuando una nueva dialéctica surgió de la propia lucha de los obreros de
América y en Francia. Cada periodo, así como cada idea, cada actividad como
cada aparición tiene su propia dialéctica y esto no se puede aprender de
memoria. Es solo después de haber absorbido el pasado y haber estudiado
concretamente el presente que se puede finalmente aportar algo por uno mismo.
Cualquiera que haya estado en alguno de los movimientos que se autoproclaman
así mismos como marxistas han escuchado y repetido de memoria que los tres
elementos del marxismo son: la dialéctica hegeliana, la economía política
clásica y las doctrinas de la revolución francesa. Después de ello han pasado a
luchar por cinco centavos más de salario. En síntesis, esto no significa
absolutamente para ellos en sus días, porque no se refería a nada que ellos
necesitaran revivir del pasado.
La verdad es que solamente con el presente libro es que
cada periodo cobra vida en cuanto a su significado, el momento en que ocurrió,
lo que significó para Marx y lo que significa para revivirlo ahora.
Tomemos la Revolución Francesa. Ella tenía una
dialéctica propia en (su) desarrollo, desde la Bastilla hasta los enragés. Un buen modo de recordar a los enragés es recordar lo que ello
significa: Corazones indignados. Ahora
el movimiento solía considerar solo a los jacobinos como los “héroes”, y tan
reciente como en 1936 (C.L.R. James) hizo de “Los jacobinos negros” (los héroes
de la revolución haitiana), mientras hay otras personas que habrían visto entre
los trabajadores del campo y no en los cocheros, la mayor contribución. En
cualquier caso, Marx comprendió inmediatamente, al romper con la sociedad
burguesa y dedicarse a estudiar la Gran Revolución Francesa, que era el
movimiento de las masas, en la capa más profunda, en la auto movilización de
los pobres urbanos, donde se encontraban los fundamentos del futuro desarrollo
de las luchas proletarias. Este es “un elemento” de la doctrina del marxismo
que ahora cobra vida y es el elemento unificador de los otros tres. Este es el porqué, la “historia” de las
verdaderas luchas de clase ha aparecido por primera vez con nosotros como si
fuera algo completamente nuevo en vez de ser el alma de la teoría marxista sin
la cual esta no significa nada.
Entonces, la dialéctica de la Revolución Francesa, en la
medida que el gran pensador burgués fue capaz de observarla, radicaba en un proceso de desarrollo, en una constante
superación de las contradicciones. No se alcanza la libertad o el absoluto de
un golpe, sino por medio del enfrentamiento con los enemigos y su superación a
través de la contradicción los propios líderes revolucionarios anteriores como
los jacobinos y otros.
Puede que Hegel no reconociera el materialismo, pero es
el materialismo, precisamente el materialismo dialéctico el que puede
explicarle a él, ya que no hay no hay nada en nuestro pensamiento que no esté
justamente subsumido en la actividad del proletariado. Un genio tan grande como
Hegel que viviera el periodo de la Gran Revolución Francesa y Napoleón no podía
dejar de captar el impulso, aunque él mismo no considerara a las masas como
sujeto vivo que crea su propia libertad y elabora todo aquello solamente para
una elite de filósofos. Si se necesitaba a Marx para poner a Hegel sobre sus
pues, se necesitaba a Hegel para establecer los requisitos previos del
marxismo. Fragmentos de la “Carta sobre Marxismo y libertad”, 18 de mayo de
1956.
“El humanismo marxista se caracteriza por un doble
movimiento, por una parte el movimiento desde la práctica hacia la teoría,
desarrollado en el libro de la autora de Marxismo y Libertad, y por otra, el
movimiento que va desde la teoría hacia la práctica, tema del otro libro,
Filosofía y Revolución. Este movimiento, por otra parte, se caracteriza como
“revolución permanente” que se desarrolla mediante una “dialéctica
desencadenada”, el método absoluto.
Marx transforma la revolución de Hegel en la filosofía,
en una filosofía de la revolución. Es ésta brillante interpretación de la
recreación de la dialéctica por obra de Marx. Eso y no otra cosa, es poner a
Hegel sobre sus pies.” Rubén Dri. Introducción especial a la edición en español
de El poder de la negatividad.
Si en el momento actual se piensa que el absoluto es
sólo una idea, si en estos tiempos no se
puede interpretar materialistamente ese último capítulo de Hegel, entonces se
llega a la libertad del socialismo como una total sorpresa (un trueno bajo un
cielo despejado) como agitación pura y vacía. Si por el contrario esto se ha
podido desarrollar, entonces se ha enfrentado la tarea impuesta por la historia
de reinterpretar el marxismo para cada generación. Cuando por primera vez dije
que los dos extremos de mi libro serían la idea absoluta y la automatización,
la gente pensaba que estaba un poquito fuera
de sí. A estas alturas espero que cada cual pueda ver cuán duro es el trabajo
que nos espera al haber reconocido lo específico que es nuestro tiempo y
nuestra empresa como parte del movimiento de masas que avanza para alcanzar la
libertad. Fragmentos de la “Carta sobre Marxismo y libertad”, 18 de mayo de
1956.
“No porque seamos “más listos” podemos ver tanto más que
otros marxistas post-Marx. Antes bien, es por la inmadurez de nuestra época.
Cierto es que otros marxistas post-Marx se han basado en un marxismo trunco; no
menos cierto es que ninguna otra generación pudo haber visto la problemática de
nuestra época, y mucho menos resolver nuestros problemas. Sólo los seres
humanos vivos pueden re-crear una y otra vez la dialéctica revolucionaria. Y
estos seres humanos vivos deben hacerlo en la teoría así como en la práctica.
No solo se trata de enfrentarse al desafío de la práctica, sino de poder
enfrentarse al desafío del autodesarrollo de la idea, y de profundizar en la
teoría hasta el punto en que llegue al concepto marxista de la filosofía de la
revolución permanente” Rosa Luxemburgo, la liberación femenina y la filosofía
marxista de la revolución.
Hay un desafío más respecto a la forma de organización
que hemos desarrollado como forma de comités antes que de “partido dirigente”.
Sin embargo, a pesar de que las formas de comités y de “partido dirigente” son
contrarias, no son absolutamente opuestas. En el punto donde la forma teórica
alcanza la filosofía, el desafío demanda que sinteticemos, no solamente las
nuevas relaciones de la teoría para con la práctica y todas las fuerzas de la
revolución, sino los “sufrimientos, la paciencia y el esfuerzo de la negación”
de la filosofía, es decir, la experimentación de la negación absoluta. Después,
y solamente después tendremos éxito en una revolución que logrará una sociedad
sin clases, no racista, no sexista, verdaderamente humana, una sociedad nueva.
Aquello que Hegel consideraba la síntesis de “la idea que se piensa a sí misma”*
y que “trae consigo misma la libertad”** es lo que el humanismo marxista
propugna y es lo que Marx denomina la nueva sociedad. Los muchos caminos para
llegar ahí no son fáciles de desarrollar.” Rosa Luxemburgo, la liberación
femenina y la filosofía marxista de la revolución.
En Hegel, el absoluto es la visión del futuro, ya sea
aceptado como la nueva sociedad, o
considerado sólo como la unidad ontológica de lo humano y lo divino; la pura
verdad es que esta unidad de lo humano y lo divino no se encuentra en el cielo,
sino aquí en la tierra. Su absoluto está dirigido en contra de lo que él mismo
llamó “el vacío” del absoluto en la filosofía anterior. Es verdad que las
categorías de su lógica tales como “el ser y el devenir”, “esencia y
apariencia”, “necesidad y libertad” no tienen, - como Hegel imaginaba- una
existencia eterna independientemente del hombre. Son, en realidad, el reflejo
de la mente del hombre de los procesos que ocurren en el mundo material. Es
igualmente cierto que la suma del propio análisis de Hegel es que la
actualidad, la verdadera forma de la realidad, requiere de la libertad,
requiere que el hombre sea libre. Su doctrina del concepto desarrolla estas
categorías de la libertad y, de esta manera, las verdaderas potencialidades de
la humanidad son contrapuestas a la realidad aparente.
A pesar de que Hegel trata sólo con el pensamiento, la
práctica es parte de la esencia. De hecho, la “idea práctica” tiene lugar de
mayor preponderancia que la “idea del conocimiento” en el sistema hegeliano
porque no sólo tiene “la dignidad de lo universal sino que es lo puramente
real”. Mientras todas las obras de Hegel terminan en el absoluto, como vimos,
no es un absoluto “abstraído” de la vida. En la Fenomenología Hegel comienza con la esfera de la experiencia
cotidiana y cuando termina con el “conocimiento absoluto”, lo explica como la
unidad de la historia y de la ciencia.
La Ciencia de la lógica de Hegel comienza donde la fenomenología termina. El conocimiento absoluto, es decir, la historia y la ciencia del conocimiento, nuevamente emprenden la búsqueda de la verdad. En pocas palabras, la historia y el dominio filosófico de las formas de organización que la historia reveló, han alcanzado un absoluto únicamente en la superficie de la sociedad. Primero van del mundo de la apariencia al mundo de la lógica, en donde alcanzan la unidad de la teoría y la práctica como la “idea absoluta”. Luego, en la Filosofía de la naturaleza Hegel muestra que la naturaleza ha pasado por el mismo desarrollo dialéctico como la idea. Traducido a términos materialistas, lo que Hegel está diciendo es que hay un movimiento que va desde la práctica a la teoría, así como sede la teoría hasta la práctica. En Filosofía del espíritu, él une a los dos movimientos – la naturaleza y el principio lógico- en un plano superior, pero admite que “la filosofía aparece como un conocimiento subjetivo”, cuyo objetivo es la libertad y que es en sí, la manera de producirla”. Además muestra cómo el espíritu mismo se convierte “en el agente mediador en el proceso” y añade que “es la naturaleza del hecho, el concepto, lo que causa el movimiento y el desarrollo, sin embargo, este mismo movimiento es también la acción del conocer”. Con el espíritu absoluto, Hegel alcanzó el clímax de su sistema.
“El naturalismo o humanismo exhaustivo” como designara
el joven Marx a su propio enfoque filosófico, “se distingue del idealismo y del
materialismo y al mismo tiempo es la verdad que une a ambos.*. Marxismo y
Libertad, pág. 66. *Véase crítica de la dialéctica hegeliana
El marxismo oficial ha repetido ad nauseaum, que Marx
invirtió a Hegel y lo puso sobre sus pies. Como Lenin descubrió durante la
Primera Guerra Mundial, hablar con ligereza de la dialéctica y repetir al mismo
tiempo hasta el cansancio que Hegel no significa nada sin Marx, es convertir a
Marx en un materialista vulgar. Si eso fue una trampa en la Primera Guerra
Mundial, hoy es la perversión más grande de todo aquello que Marx sostuvo.
“Por consiguiente, Hegel pasa a examinar el proceso de
observación, tanto de la naturaleza orgánica como de la autoconciencia. La
sección sobre las así llamadas leyes del pensamiento es muy divertida y es una
perfecta bofetada al psicoanálisis actual, del cual nada se sabía en aquel
entonces. De hecho, si alguien piensa que la extensa sección sobre la
Frenología simplemente revela el estado de atraso de la ciencia en ese tiempo y
no nuestra época, se equivoca, al comprender que el pensamiento al igual que
los sentimientos, carecen de significado aparte de la realidad con la que está
relacionado el pensamiento y que es la que construye los “sentimientos”. Notas sobre la fenomenología de Hegel
“El filósofo protesta demasiado cuando repite
continuamente que el conocimiento es el Olimpo, cuando cada vez que baja a la tierra
y a sus libertades, estas le faltan”. El poder de la negatividad, pág. 127.
A inicios del siglo XX la “autodeterminación” resultó ser más famosa como
autodeterminación de los pueblos que de las ideas. Pero ello no puede
significar que la acción “toma el lugar
de las ideas” o que algo que no sea la unidad
de la teoría y la práctica pueda “constituirse” en una nueva sociedad.
Si todo lo que vamos a escuchar es la voz de Castro, y no en la voz del pueblo,
no obtendremos ni la autodeterminación de los cubanos como pueblo ni de los
cubanos como pensadores. El poder de la negatividad pág. 150
Citas Lenin
Es imposible captar enteramente el capital de Marx, y
especialmente su primer capítulo, sin haber estudiado y comprendido toda la
Lógica de Hegel. Por consiguiente, ¡ninguno de los marxistas ha entendido a
Marx en la última mitad de siglo!”
“Plejánov escribió sobre filosofía (dialéctica)
probablemente cerca de mil páginas. No hay nada en ellas sobre la lógica mayor;
acerca de ella, de sus pensamientos (la
dialéctica como una ciencia filosófica) ¡nada!”
“La suma, la última palabra de la lógica de Hegel es el
método dialéctico, esto es extremadamente notable. Y una cosa más: en esta obra
de Hegel, la más idealista de todas, hay menos idealismo y más materialismo que
en ninguna otra. ¡Es contradictorio, pero es un hecho!”
“El idealismo inteligente está más cerca del
materialismo inteligente, de lo que está el materialismo estúpido”. “Idealismo
dialéctico en vez de inteligente; metafísico, no desarrollado, muerto, vulgar,
estático, en vez de estúpido”.
“Brevemente, la dialéctica puede definirse como la
doctrina de la unidad de los contrarios. Es así como se capta el meollo de la
dialéctica, pero eso requiere explicación y desarrollo”.
“La continuación de la obra de Hegel y Marx debe
consistir en la elaboración dialéctica de la elaboración de la historia del
pensamiento humano, de la ciencia y la técnica.”
V.I. Lenin, Cuadernos filosóficos
Carlos Marx
“La contradicción hegeliana es la fuente de toda la dialéctica”. Carlos Marx, El Capital, Tomo I.
“Toda la ciencia resultaría superflua si la apariencia,
la forma y la naturaleza de las cosas fueran totalmente idénticas”.
“Mi
primer trabajo, emprendido para resolver las dudas que me asaltaban, fue una
revisión crítica de la filosofía hegeliana del derecho, trabajo cuya
introducción vio la luz en 1844 en los "Deutsch-Französische
Jahrbücher" [5], que se publicaban en París. Mi investigación desembocaba
en el resultado de que, tanto las relaciones jurídicas como las formas de
Estado no pueden comprenderse por sí mismas ni por la llamada evolución general
del espíritu humano, sino que radican, por el contrario, en las condiciones
materiales de vida cuyo conjunto resume Hegel, siguiendo el precedente de los
ingleses y franceses del siglo XVIII, bajo el nombre de «sociedad civil», y que
la anatomía de la sociedad civil hay que buscarla en la Economía Política.
“Federico
Engels, con el que yo mantenía un constante intercambio escrito de ideas desde
la publicación de su genial bosquejo sobre la crítica de las categorías
económicas (en los "Deutsch-Französische Jahrbücher"), había llegado
por distinto camino (véase su libro "La situación de la clase obrera en
Inglaterra") al mismo resultado que yo. Y cuando, en la primavera de 1845,
se estableció también en Bruselas, acordamos contrastar conjuntamente
nuestro punto de vista con el ideológico de la filosofía alemana; en realidad
liquidar cuentas con nuestra conciencia filosófica anterior. El propósito
fue realizado bajo la forma de una crítica de la filosofía posthegeliana [*].
El manuscrito —dos gruesos volúmenes en octavo— llevaba ya la mar de tiempo en
Westfalia, en el sitio en que había de editarse, cuando nos enteramos de que
nuevas circunstancias imprevistas impedían su publicación. En vista de esto,
entregamos el manuscrito a la crítica roedora de los ratones, muy de buen grado,
pues nuestro objeto principal: esclarecer nuestras propias ideas, estaba ya
conseguido. Entre los trabajos dispersos en que por aquel entonces
expusimos al público nuestras ideas, bajo unos u otros aspectos, sólo citaré el
"Manifiesto del Partido Comunista" [*]* redactado por Engels y por mí, y
un "Discurso sobre el librecambio", que yo publiqué. Los puntos
decisivos de nuestra concepción fueron expuestos por vez primera,
científicamente, aunque sólo en forma polémica, en la obra "Miseria de la
Filosofía", etc., publicada por mí en 1847 y dirigida contra Proudhon. La
publicación de un estudio escrito en alemán sobre el Trabajo asalariado [*]**, en el que
recogía las conferencias que había dado acerca de este tema en la Asociación
Obrera Alemana de Bruselas [6], fue interrumpida por la revolución de febrero,
que trajo como consecuencia mi abandono forzoso de Bélgica.”
“Este
esbozo sobre la trayectoria de mis estudios en el campo de la Economía Política
tiende simplemente a demostrar que mis ideas, cualquiera que sea el juicio que
merezcan y por mucho que choquen con los prejuicios interesados de las clases
dominantes, son el fruto de largos años de concienzuda investigación. Y a la
puerta de la ciencia, como a la del infierno, debiera estamparse esta consigna:
Crítica
de la economía política
"Yo
critiqué el aspecto místico de la dialéctica hegeliana hace casi treinta años,
en una época en que todavía estaba de moda. Pero en el momento mismo en que
redactaba el primer volumen de Das Kapital, los epígonos gruñones, presuntuosos
y mediocres, que hoy dictan la ley en la Alemania culta, se complacían en
tratar a Hegel, como el bueno de Moses Mendelssohn, en tiempos de Lessing,
había tratado a Spinoza, es decir, como ‘perro muerto'. Por consiguiente, me
declaré abiertamente discípulo de ese gran pensador, y en el capítulo sobre la
teoría del valor llegué inclusive a coquetear con su manera peculiar de
expresarse.] Pero si bien, debido a su confusión, Hegel desfigura a la
dialéctica por medio del misticismo, es, sin embargo, el primero que expone su
movimiento de conjunto. En él se encuentra cabeza abajo; basta con ponerla
sobre sus pies para encontrarle su fisonomía en todo sentido racional.”
"En su
aspecto místico, la dialéctica se convirtió en una moda en Alemania, porque
parecía glorificar las cosas existentes. En su aspecto racional es un escándalo
y una abominación para las clases dirigentes y sus ideólogos doctrinarios,
porque en la comprensión positiva de las cosas existentes incluye a la vez el
conocimiento de su negación fatal, de su destrucción necesaria; porque el
captar el movimiento mismo, del cual todas las formas acabadas son apenas una
configuración transitoria, nada puede detenerla; porque en esencia es crítica y
revolucionaria". Introducción a El Capital.
Citas Hegel
“Solo aquello que sea un objeto de libertad podría ser llamado una idea”
*Citado por Raya Dunayevskaya en la introducción a la
segunda edición de “Marxismo y libertad”, pág. 37
“Como el reino del mundo real pasa al reino de la fe y
de la intelección, así también la libertad absoluta pasa de la realidad que se
destruye a sí misma”. Fenomenología del espíritu
“Todas las revoluciones, en las ciencias así como en la
historia en general, se originan sólo en esto: que el espíritu del hombre, para
el entendimiento y comprensión de sí mismo, para la posesión de sí mismo, ha
alterado sus categorías, uniéndose en una relación más verdadera, más profunda
y más intrínseca consigo mismo”.
Ibíd. pág. 204
“Cuando los individuos y los pueblos han acogido una vez
en su mente el concepto abstracto de la libertad absoluta, ninguna otra cosa
tiene fuerza tan indomable, precisamente porque la libertad es la esencia
propia del espíritu y es su realidad misma.” Filosofía del espíritu, párrafo
482.
“El espíritu, ciertamente, no permanece
nunca quieto, sino que se halla siempre en constante movimiento incesantemente
progresivo. Pero así como el niño , tras un periodo de silenciosa nutrición, el
primer aliento rompe bruscamente la gradualidad del proceso puramente
acumulativo en un salto cualitativo, y el niño nace, así también el espíritu
que se forma va madurando lenta y silenciosamente hacia la nueva figura, va
desprendiéndose una partícula tras otra de la estructura de su mundo anterior y
los estremecimientos de este mundo se anuncian solamente por medio de síntomas
aislados; la frivolidad y el tedio que se apoderan de lo existente y el vago
presentimiento de lo desconocido son los signos premonitorios de que algo otro
se avecina. Estos paulatinos desprendimientos, que no alteran la fisionomía del
todo, se ven bruscamente interrumpidos por la aurora que de pronto ilumina como
rayo la imagen de un mundo nuevo” Hegel. Prólogo a la Fenomenología del espíritu
“Lo que en Kant es un resultado, sirve como comienzo
inmediato de este filosofar y con esto se corta a sí mismo anticipadamente el
camino que lleva a la elaboración previa, de la que deriva aquel resultado, y
que es un conocimiento filosófico. La filosofía kantiana sirve así como
almohada para la pereza del pensamiento, que se tranquiliza, afirmando que ya
todo ha sido demostrado y arreglado”. Ciencia
de la Lógica, Tomo I. pág. 45.
“… por lo tanto, el empirismo trabaja
sobre la base de un concepto falso, si es que lo supone, al analizar los
objetos los deja tal y como estaban: realmente convierten lo concreto en
abstracto… El error consiste en olvidar que esto es sólo la mitad del proceso,
y que el punto esencial es la reunión de aquello que ha sido dividido…
Entonces, mientras esta esfera tan sensible se y continúe siendo para el
empirismo un simple dato, tendremos una doctrina de la servidumbre, porque nos
volvemos libres cuando nos enfrentamos a un mundo no absolutamente extraño”
Ciencia de la Lógica
“El valor del trabajo disminuye en la misma proporción
que la productividad del trabajo aumenta… Las facultades del individuo se
restringen infinitamente y la conciencia del obrero se degrada a su nivel más
bajo de torpeza y negligencia”. Citado por Herbert Marcuse en Reason and
Revolution, pág. 79
“El estoicismo sólo podía surgir en una época de temor y
servidumbre generales”. Fenomenología del espíritu, página 126.
“Las palpitaciones del corazón por el bien de la
humanidad se truecan, así, en la furia de la infatuación demencial, en el furor
de la conciencia de mantenerse contra su destrucción”. Fenomenología, pág. 222.
“La idea absoluta, tal como ha resultado, es la
identidad de la idea teórica y de la práctica”. Ciencia de la lógica, t. 2, p.
725
“La impaciencia se afana en lo que es imposible: en
llegar al fin sin los medios. De una parte no hay más remedio que resignarse a
la largura de este camino, en el que cada momento es necesario – de otra parte,
hay que detenerse en cada momento”. Fenomenología del espíritu. Fondo de
Cultura Económica, 1973, p.22
A
continuación las partes más sustanciosas
de los parágrafos de la Enciclopedia de las Ciencias Filosóficas
(Parágrafo 1)
No goza la filosofía, como gozan otras ciencias, de la ventaja de poder presuponer sus objetos como inmediatamente dados por la representación, y como ya he admitido, en el punto de partida y en su curso sucesivo, el método de su investigación…
…Por lo que la filosofía puede, y aun debe suponer un
cierto conocimiento de sus objetos, como también cierto interés por ellos y
esto resulta, ya que no de otra cosa, de que la conciencia, antes de formarse
conceptos, se forma representaciones de los conceptos y el espíritu pensador
sólo a través de las representaciones, y trabajando sobre ellas, puede alzarse
hasta el conocimiento pensado y el concepto.
Pero en la consideración pensadora pronto se impone la
obligación de mostrar la necesidad de su contenido y de probar la esencia y los
caracteres de sus objetos. Aquel cierto conocimiento que, según hemos dicho
anteriormente, aparece, por esto mismo, insuficiente, así como también
inadmisible el hacer o dejar pasar supuestos o aserciones. Pero en esto estriba
precisamente la dificultad de los comienzos de la filosofía, porque, como
quiera que todo comienzo es algo inmediato, da ocasión, o mejor dicho, es ya por
sí mismo una presuposición.
(Parágrafo 2)
La filosofía puede ser definida, en general, como la consideración reflexiva de los objetos.
Pero si es verdad, como lo es ciertamente, que el hombre se distingue de los
animales por el pensamiento, lo humano es, por sólo este hecho, lo que se
realiza por medio del pensamiento. Ahora bien, siendo la filosofía un modo
peculiar del pensamiento, un modo por el cual el pensamiento se eleva al
conocer, y al conocer por medio de conceptos, su pensamiento debe también
poseer una diferencia respecto a aquel pensamiento cuya eficacia opera sobre
todo lo humano, y que realiza por antonomasia la humanidad en lo humano por
cuanto se identifica con él y el pensamiento es en sí mismo uno solo. Esta
diferencia nace de que el contenido humano de la conciencia, producto del
pensamiento, aparece primeramente, no en forma de pensamiento, sino como
sentimiento, intuición y representación, formas que han de ser distinguidas del
pensamiento formal.
Es antiguo prejuicio, afirmación que se ha hecho
trivial, que el hombre se distingue del animal por el pensamiento; puede
parecer trivial, pero también puede parecer extraño que haya necesidad de
recordar esta antigua creencia. Y, sin embargo, parece que es necesario, a
causa de las corrientes modernas, que se complacen separar el pensamiento del sentimiento hasta llegar a presentarse
como enemigos, como si el sentimiento fuese desnaturalizado, manchado y hasta
aniquilado por el pensamiento.
El haber descuidado tener presente la diferencia propia
de la filosofía respecto del pensamiento, ha sido ocasión de las más groseras
opiniones y de los reproches que consiguientemente le han dirigido.
Pero una cosa es tener sentimientos y representaciones
determinados y compenetrados por el pensamiento, y otra tener pensamientos
sobre ellos. Sólo los pensamientos, producidos por la reflexión sobre aquellos
modos de la conciencia, constituyen lo que se llama reflexión sobre aquellos
modos de la conciencia, constituyen lo que se llama reflexión, razonamiento,
etcétera, y también filosofía.
Sucede, además, y el equívoco ha reinado aquí más que en
otra parte, que se ha afirmado que dicha reflexión es la condición y el único
camino por el que se llega a la reflexión y al conocimiento de lo externo y lo
verdadero.
Esta afirmación
correría pareja con la que nosotros no podemos comer antes de haber
adquirido el conocimiento de las cualidades químicas, botánicas o zoológicas de
los medios de nutrición, o que debiésemos esperar para digerir hasta consumar
el estudio de la anatomía y fisiología. Si así fuese, estas ciencias, en su campo,
como la filosofía en el suyo, ganarían en utilidad, y hasta serían
absolutamente indispensables, o mejor dicho, todas ellas, antes que ser
indispensables, no existirían.
Parágrafo 3
Sea cual fuere el contenido que llena nuestra
conciencia, da el carácter determinante a los sentimientos, intuiciones, fines,
deberes, etcétera, y a los pensamientos y conceptos. Sentimiento, intuición, imagen
son, por consiguiente, las formas de aquel contenido, el cual permanece
uno y el mismo, ya sea sentido, intuido,
etcétera, mezclando a estas sensaciones e intuiciones pensamientos, o meramente
pensando, sin mezcla alguna. En cualquiera de estas formas, o en la mezcla de
varias de ellas, el contenido es objeto de la conciencia.
Sentimientos, intuiciones, apetencias, voliciones,
etcétera, en cuanto tenemos conciencia de ellos, son denominados, en general,
representaciones; por esto puede decirse, en general, que la filosofía pone, en
lugar de las representaciones, pensamientos, categorías, y más propiamente,
conceptos. Las representaciones, en general pueden ser consideradas como
metáforas de los pensamientos y conceptos. Pero no basta poseer
representaciones para poseer su significación en el pensamiento; esto es, no
conocemos aún los pensamientos y conceptos, y otra saber qué sean las
representaciones, intuiciones y sentimientos que corresponden a ellas. Esto
explica, por una parte, lo que se llama la incomprensibilidad de la filosofía.
La dificultad nace en parte de una incapacidad que en sí
es solamente falta de hábito de pensar abstractamente; esto es, de poder situar
delante del espíritu, pensamientos puros, y moverse en ellos. En nuestra
conciencia ordinaria, los pensamientos están revestidos y ligados con la
habitual materia sensible y espiritual, y en nuestro repensar, reflexionar y
razonar, mezclamos sentimientos, intuiciones, y representaciones con
pensamientos; en toda proposición de contenido sensible van ya mezcladas
categorías como el ser y la individualidad.
Otro motivo de incomprensibilidad es la impaciencia de
querer hallar frente a sí, en forma de representación, lo que en la conciencia
está solamente como pensamiento y concepto. Pero el sentido de dicha demanda
está en que se quiere tener del concepto una representación conocida y
ordinaria; a la conciencia le parece como si, al quitarle la representación, se
le quitase el terreno que constituye su firme y habitual sostén. Cuando se ve
transportada a la región de los conceptos puros no sabe ya en dónde se halla.
Se estiman por esto, como maravilla de comprensibilidad, aquellos escritores,
predicadores, oradores, etcétera, que ofrecen a sus lectores u oyentes cosas
que ellos ya saben, que les son familiares y que se comprenden por sí mismas.
Parágrafo 4
En sus relaciones con nuestra común conciencia, la
filosofía debería, ante todo, demostrar, o más bien revelar la necesidad de su
modo peculiar de conocimiento. Pero respecto a los objetos de la religión, y a
la verdad en general, debería demostrar la capacidad de conocerlas ella por sí
misma; respecto a la diversidad que se manifiesta en el pensamiento filosófico
y las representaciones religiosas, debería justificar sus determinaciones
divergentes de éstas.
Parágrafo 5
Como quiera que la filosofía considera como forma
peculiar de las operaciones sólo el pensamiento, y todo hombre, por su
naturaleza, está hecho para pensar, de dicha abstracción, que descuida
diferencia hecha en el párrafo 3, se suele deducir lo contrario de lo que
primeramente dijimos como gravamen contra la incomprensibilidad de la filosofía.
Esta ciencia tiene la mala suerte de que aun aquellos mismos que nunca se han
ocupado de ella se imaginan y dicen comprender naturalmente los problemas que
trata, ser capaces, ayudados de una cultura ordinaria, y en especial de los
sentimientos religiosos, de filosofar y juzgar en filosofía. Se admite que,
respecto de las demás ciencias, sea preciso haberlas estudiado para conocerlas,
y que sólo en virtud de dicho conocimiento se ha facultado para formular un
juicio sobre ellas.
Nadie duda que para hacer un par de zapatos es preciso
haber aprendido y ejercido el oficio de zapatero, aun cuando cada uno de
nosotros tenga la medida de su zapato en su propio pie, y tenga manos, y con
ellas la habilitación natural para dicho oficio. Sólo para filosofar no se
necesitará ni estudio, ni aprendizaje, ni trabajo. Esta cómoda opinión ha
encontrado en estos últimos tiempos su confirmación en la doctrina del saber
inmediato, del saber intuitivo.
Hegel, Enciclopedia de las ciencias filosóficas. Ed,
Casa Juan Pablos.
Parágrafo 6
Por otra parte, no es menos importante para la filosofía
establecer firmemente que su contenido no es otro que el que originariamente se
ha producido y se produce en el dominio del espíritu viviente en el mundo
exterior e interior de la conciencia; esto es, que su contenido es la realidad.
Llamamos experiencia a nuestra primera conciencia de este contenido. Una
consideración un poco detenida del mundo
distingue lo que en el vasto reino de la existencia interna y externa es simple
aparición fugaz e insignificante, de lo que en sí merece verdaderamente el
nombre de realidad. Como la filosofía se distingue de todo otro modo de
conciencia de uno, y el mismo contenido sólo por la forma, es necesario que
esté de acuerdo con la realidad y la experiencia. Este acuerdo puede ser considerado como una prueba, por lo menos
extrínseca, de la verdad de una filosofía, así como se puede considerar como
fin supremo de la filosofía el producir, mediante la conciencia de este
acuerdo, la conciliación de la razón consciente de sí misma con la razón cual
ella es inmediatamente, con la realidad.
“La existencia es, en parte apariencia, y en parte
solamente realidad”
En la vida ordinaria, se llama realidad a cualquier
capricho, al error, al mal y a lo que en esta línea aparece, como también toda
existencia, por defectuosa y pasajera que sea. Pero también para el ordinario
modo de pensar, una existencia accidental no merece el enfático nombre de real;
la existencia accidental es una existencia que no tiene otro mayor valor que el
de un posible que puede no ser del mismo modo que es. Pero al hablar yo de
realidad es preciso pensar en el sentido en que empleo esta expresión, porque
en mi Lógica extensa he tratado también de la realidad, y la he distinguido
cuidadosamente, no sólo de la accidental, sino del ser determinado, de la
existencia y de otros conceptos.
A la realidad de lo racional se contrapone, por una
parte la opinión de las ideas y los
ideales no son sino quimeras, y la filosofía un sistema de estos fantasmas
cerebrales, y por otra, que la idea y los ideales son algo demasiado excelentes
para gozar de realidad, o también algo impotentes para proporcionársela. Pero
la separación de la realidad y de las ideas es especialmente favorita del
intelecto que toma los ensueños de sus abstracciones por algo veraz y está del
todo él henchido de su deber ser, que también predica en el campo de la
política, como si el mundo hubiese esperado aquellos dictámenes para saber cómo
debiera ser, y no es; pues, si aquellos dictámenes para saber cómo debiera ser,
¿A dónde iría a parar la suficiencia de dicho deber ser? Cuando el intelecto
con su deber ser se revuelve contra cosas, instituciones, etcétera, triviales,
extrínsecas y pasajeras, que pueden también conservar por un determinado tiempo y para cierta clase de hombres una gran
importancia relativa, tendrá también razón y encontrará en aquel caso muchas
cosas que no respondan a exigencias justas y universales; ¿quién no poseería la
sabiduría de descubrir en todo aquello que le circunda muchas cosas que de
hecho no son como deben ser? Pero tal sabiduría
se equivoca cuando imagina entrar
con dichos objetos y con su deber ser en el recinto en los intereses de
la ciencia filosófica. Esta sólo tienen que habérselas con la idea, que no es
tan impotente que se limite a deber ser sólo y a no ser luego efectivamente;
tiene que habérselas, por esto mismo con una realidad, de la cual aquellos
objetos, instituciones, condiciones, etcétera, son sólo el lado exterior y
superficial.
Parágrafo 7
Nosotros denominamos por el contrario ciencias empíricas, por el punto de partida
que toman, aquellas ciencias que han sido llamadas filosofía. Pero lo esencial
que se proponen y producen son leyes, proposiciones generales, teorías: son los
pensamientos de lo que existe.
Sólo el pensamiento debería ser llamado
instrumento de la filosofía y no un utensilio hecho de madera o de hierro o de
otra materia semejante.
Parágrafo 8
Es dicho antiguo
que se suele atribuir falsamente a Aristóteles con intención de expresar el
punto de vista de su filosofía: nihil est in itellectu, quod non fuerit in
sensu: nada hay en el intelecto que antes no haya estado en la experiencia. El
que la filosofía especulativa no quiera conceder esta proposición, se debe considerar
como una mala inteligencia por su parte. Pero, por lo contrario, es preciso
igualmente afirmar: nihil est in sensu, quod non fuerit in intelecto, en el
significado general de que el nous, o entendiéndolo más profundamente, el
espíritu, es la causa del mundo; y en aquel otro sentido más estrecho de que es
el sentimiento jurídico, moral, religioso, es un sentimiento, y, por
consiguiente, una experiencia de tal contenido que tiene raíz y su sede solo en
el pensamiento
*Aquí sólo cabe
aclarar un par de cosas:
1) Que los hechos (y no sólo los sentimientos) jurídicos emanan de la relación de los seres humanos y más generalmente de las clases en pugna, en choque, de sujetos reales.
2) Que también existe una relación interdependiente respecto de la frase “nada hay en el intelecto que antes no haya estado en la experiencia”, que si la invertimos dice “no hay nada en la experiencia que antes no haya estado en el intelecto”, pues el avance en la técnica de la producción, el arte, la tecnología en especial corresponde al segundo aforismo, mientras que al primero corresponde como factor determinante la realidad misma, los hechos científicos que no han sido asimilados por el intelecto humano en su totalidad,
1) Que los hechos (y no sólo los sentimientos) jurídicos emanan de la relación de los seres humanos y más generalmente de las clases en pugna, en choque, de sujetos reales.
2) Que también existe una relación interdependiente respecto de la frase “nada hay en el intelecto que antes no haya estado en la experiencia”, que si la invertimos dice “no hay nada en la experiencia que antes no haya estado en el intelecto”, pues el avance en la técnica de la producción, el arte, la tecnología en especial corresponde al segundo aforismo, mientras que al primero corresponde como factor determinante la realidad misma, los hechos científicos que no han sido asimilados por el intelecto humano en su totalidad,
Si deja de ser necesaria cualquier
filosofía, también dejará de serlo cualquier sistema, aunque sea un sistema
natural de filosofía. La comprensión de que la totalidad de los procesos
naturales se encuentra en una conexión sistemática mueve a la ciencia a mostrar
esa conexión sistemática en todas partes, en el detalle igual que en el
conjunto. Pero la correspondiente exposición científica completa de esa
conexión, la composición de una reproducción mental exacta del sistema del
mundo en que vivimos, nos es imposible y sería imposible para todos los
tiempos. Si en algún momento de la evolución de la humanidad se compusiera
un tal sistema definitivo y concluso de las conexiones del mundo físico,
espiritual e histórico, quedaría con ello cerrado el reino del conocimiento.
Federico Engels, La subversión de la ciencia por el señor Düring
En resumen,
pensamiento y realidad se deben corresponder, aunque no la podemos conocer a
través de las apariencias, precisamente en eso consiste la ciencia, en
descubrir la realidad detrás de las apariencias. Aunque actualmente se
considera que la ciencia avanza a pasos vertiginosos, sin embargo, en la
síntesis de concepto y realidad del absoluto hegeliano, o de la totalidad de la
realidad, avanza de manera muy lenta, pues en las ciencias empíricas se carece
de material para conocer objetos lejanos fuera del alcance actual de las
herramientas científicas, se puede decir que son aproximaciones sucesivas de
pequeñas (aunque grandes y reveladoras para nosotros los mortales) verdades que
se van acercando al conocimiento de la totalidad de esta realidad, de nuestro
universo, de nuestro pensamiento, ello respetando la síntesis hecha por Engels
más arriba.
Parágrafo 9
Por otra parte, la
razón subjetiva exige su ulterior satisfacción respecto de la forma, y esta
forma es, en general, la necesidad. Por el contrario, en la manera peculiar de
la ciencia empírica, en primer lugar lo universal que contiene, el género,
etcétera, siendo por sí indeterminado, no está ligado por sí mismo con lo
particular, sino que lo uno queda exterior y accidental a lo otro, como
igualmente los hechos particulares conexos, tomados en sí mismos, son
recíprocamente extrínsecos y accidentales. En segundo lugar, los puntos de
partida de la ciencia empírica no son dados inmediatamente, encontrados,
presupuestos. Y por estos dos respectos no se da plena satisfacción a la forma
de la necesidad.
La reflexión que se
encamina a satisfacer esta tarea es la verdaderamente filosófica, el
pensamiento especulativo. Y como reflexión que en su comunidad de naturaleza
con la primera se distingue al mismo tiempo de ella, posee, además de las formas
comunes, formas propias, de las cuales la universal es el concepto.
La relación de la
ciencia especulativa con las demás ciencias es, por tanto, solamente ésta: que la ciencia especulativa
no deja a un lado el contenido empírico de aquellas, sino que lo reconoce y
emplea; que igualmente reconoce lo que hay en ellas de universal, las leyes,
los géneros, etcétera, y los convierte en su contenido propio: pero además
introduce y hace valer otras categorías entre las de la ciencia. La diferencia
consiste, pues, sólo en dicho cambio de categorías. La lógica especulativa
contiene la lógica antigua, y la metafísica conserva las mismas formas de
pensamiento y las mismas leyes y objetos; pero al mismo tiempo las forma y
transforma con categorías ulteriores.
Hay que distinguir
del concepto en sentido especulativo lo que ordinariamente se llama concepto.
En este último sentido, unilateral, tiene fundamento la afirmación sentada y
repetida mil veces, y que ha llegado a ser admitida sin discusión, de que el
infinito no pude ser comprendido en el concepto.
Parágrafo 10
Esta idea del modo
de conocimiento, que es conocimiento filosófico, tiene necesidad, a su vez,
considerada así bajo el aspecto de su necesidad como de su capacidad para
conocer los objetos absolutos, de ser justificada. Pero su justificación es ya
ella misma un conocimiento filosófico, que por este mismo hecho sólo tiene su
lugar en la filosofía. Sería, por consiguiente, antifilosófica una explicación
preliminar, y no podría consistir en otra cosa que en un tejido de supuestos,
de aserciones y de raciocinios (esto es, de afirmaciones accidentales), a los
cuales con perfecto derecho se podrían oponer los contrarios.
Si no queremos
plagarnos de palabras, fácil es comprender que otra clase de instrumentos pueden
examinarse y emplearse de otro modo que no sea el trabajo mismo a que están
destinados; pero la indagación del conocimiento no puede efectuarse de otro
modo que conociendo, de lo que se deduce que indagar este llamado instrumento
no es otra cosa que conocerlo. Por consiguiente, querer conocer antes de
conocer es absurdo, tan absurdo como el prudente propósito de aquel cierto
Escolástico, de empezar a nadar antes de arriesgarse en el agua.
Parágrafo 11
Mas precisamente la
tarea de la filosofía puede ser determinada del siguiente modo: El espíritu,
como sentimiento e intuición, tiene por objeto lo sensible; como fantasía, las
imágenes, y como voluntad, los fines, etcétera. Ahora bien: como antítesis, o
también como simple diferencia de estas formas que son propias de su ser
determinado y de sus objetos, el espíritu procura también satisfacción a su
máxima intimidad, al pensamiento, y toma el pensamiento como objeto. Así llega
hasta sí mismo, en el más profundo significado de la palabra, puesto que su
principio, su más puro ser en sí, es el pensamiento. Pero en este su trabajo
sucede que el pensamiento se revuelve en contradicciones; esto es, se pierde en
la rígida no identidad de los pensamientos, de modo que no llega a sí mismo,
sino que permanece implicado en su contrario. La más alta necesidad, la
necesidad filosófica, se opone a este resultado del pensamiento simplemente
intelectual, y se funda en que el pensamiento no renuncia a sí mismo; también
en aquel consciente extravío de su presencialidad permanece fiel a sí
mismo mientras no lo supere y en el
pensamiento mismo realice la solución de sus propias contradicciones.
La concepción de la
dialéctica como constituyendo la naturaleza misma del pensamiento, y de que
éste, como intelecto, debe emplearse en la negación de sí mismo, en la
contradicción, constituye uno de los principales puntos de la lógica. Pero
sucede que el pensamiento, desesperando de poder sacar de sí la solución de la
contradicción en que se ha puesto, torna a las soluciones y a los calmantes que
el espíritu encuentra en otras de sus modas y formas. El pensamiento, sin
embargo, no tendría necesidad, en este retorno, de caer en la jurisdicción de
aquella mitología cuya experiencia ya Platón tuvo ante sí, ni de volverse
polémicamente contra sí mismo, como sucede cuando se afirma el llamado saber
inmediato como la forma exclusiva del conocimiento de la verdad.
Parágrafo 12
La génesis de la
filosofía de la necesidad, de que hemos hablado, tiene por punto de partida la
experiencia, la conciencia inmediata y razonadora. Excitado por ella como por
un estímulo, el pensamiento se conduce de modo que de la conciencia natural,
sensible y razonadora, se eleva al puro elemento de sí mismo, y de este modo se
pone primeramente en una relación negativa con respecto al punto de partida de
que se ha alejado. Encuentra de este modo primeramente en sí mismo, en la idea
de la esencia universal de estas apariciones, su satisfacción, esta idea puede
ser más o menos abstracta. A la inversa, las esencias empíricas llevan consigo el
estímulo para vencer la forma en la cual la riqueza de su contenido es ofrecida
como algo de inmediato y dado, como una multiplicidad ordenada en una
yuxtaposición, y, por tanto, en general, como algo accidental, y al elevar
dicho contenido a algo necesario. Tal estímulo arranca al pensamiento de
aquella universalidad y de aquella satisfacción que ha buscado solamente en sí
mismo, y le obliga a desarrollarse, moviéndose por sí mismo. Este
desenvolvimiento, por una parte, es singularmente un recoger el contenido con sus múltiples
determinaciones dadas; por otra, plasma a éste, de modo que proceda libremente,
en el sentido del pensamiento originario, y siguiendo la necesidad de la cosa
misma.
De la relación
entre inmediatividad y mediación en la conciencia hablaremos después expresa y
más extensamente. Aquí basta con llamar la atención, como preliminar, sobre la
circunstancia de que, si bien los dos momentos aparecen como distintos, ninguno
de los dos puede faltar, y que están en conexión inescindible. Mediación es
principio y paso a un segundo término; de modo que este segundo término, en
tanto es, en cuanto a él se une algo que es otro respecto de él.
Si la mediación es
puesta como una condicionalidad, y es puesta unilateralmente de relieve, se
puede decir – aunque no se dice con ello gran cosa – que la filosofía debe su
origen primero a la experiencia (al a posteriori). Pero en realidad, el
pensamiento es esencialmente la negación de un existente inmediato. Del mismo
modo, el comer se debe a los medios de nutrición, porque sin éstos no se podría
comer; el comer es de este modo representado como ingrato que destruye aquello
a que se debe él mismo.
Por una parte, las
ciencias empíricas no se contentan con el simple percibir de los fenómenos
singulares, sino que, pensando sobre ellos, elaboran la materia para
suministrarla apta a la filosofía, buscando determinaciones generales, leyes, y
dan así, al contenido de lo particular la preparación para que pueda ser
recibido en la filosofía. Por otra parte, constriñen de este modo al
pensamiento para que proceda él mismo a las determinaciones concretas. El
recibimiento de este contenido, en el cual, por medio del pensamiento, es
superada la persistente inmediatividad, y el mero dato, es a la vez el desenvolverse
del pensamiento de sí mismo. Por consiguiente, mientras la filosofía debe su
desenvolvimiento a las ciencias empíricas, da a su contenido la forma esencial
de la libertad (del a priori) del pensamiento y la garantía de la necesidad, en
lugar de la simple creencia en el dato y el hecho percibido; de modo que el
hecho llega a ser representación e imagen de la originaria y plenamente
independiente actividad del pensamiento.
Parágrafo 13
La historia de la
filosofía muestra, por una parte, que las filosofías que parecen diversas son
una misma filosofía en diversos grados de desarrollo, y por otra, que los
principios particulares, cada uno de los cuales sirve de fundamento a un
sistema, no son más que ramas de un solo y mismo todo. La filosofía, que es última
en el tiempo, es a la vez resultado de todas las precedentes, y debe contener
los principios de todas; es por tanto
-siempre que se trate, claro está, de una verdadera filosofía -, la más
desarrollada, rica y concreta.
Mas, por lo que
respecta a la filosofía, se cree poder justificar el desdén hacia ella diciendo
que hay muchos sistemas filosóficos diversos, y cada uno es una filosofía, pero
no la filosofía – como si las ciruelas no fuesen fruta -- . Sucede también que una filosofía, cuyo
principio es lo universal, es puesta junto a otra cuyo principio es lo
particular, y esto también en doctrinas que afirman no ser posible una
filosofía, y se dice que unas y otras son solamente modos diversos de ver de la
filosofía, casi como si la luz y las tinieblas fuesen llamadas solamente dos
diversas especies de luz.
El libre y
verdadero pensamiento es en sí concreto; por consiguiente, es idea, y en toda
su universalidad es la idea o lo absoluto. La ciencia de este pensamiento es
esencialmente sistema, porque lo verdadero, como concreto, es sólo en cuanto se desenvuelve en sí y se
recoge y mantiene en unidad; esto es, como totalidad, y sólo mediante su
diferenciación y las determinaciones de
sus diferencias puede constituir la necesidad de éstas y la libertad del todo.
Un filosofar sin
sistema no puede ser nada científico y a más que semejante filosofar, tomado en
sí mismo, expresa más bien un modo de sentir subjetivo, es, respecto de su
contenido, accidental. Un contenido
tiene su justificación sólo como momento del todo, y, fuera de esto, es
presupuesto infundado o una certidumbre meramente subjetiva; muchos escritos
filosóficos se limitan de este modo a expresar solamente sentimientos y
opiniones. Con la palabra sistema se entiende falsamente una filosofía que
tiene un principio limitado y diverso de los demás; es, por el contrario,
principio de verdadera filosofía contener en sí todos los principios
particulares.
Parágrafo 15
Cada una de las
partes de la filosofía es un todo filosófico, un círculo que se cierra en sí
mismo; pero la idea filosófica está dentro de él en una determinación o
elemento particular. El círculo singular, siendo en sí mismo una totalidad,
rompe también los límites de su elemento y funda una más amplia esfera: el
todo, el todo se pone así como un círculo de círculos, cada uno de los cuales
es un momento necesario; así que el sistema de sus peculiares elementos
constituye toda la idea, la cual aparece, además, en cada uno de ellos.
saludos a los de la edicion.
ResponderEliminarme urge una ayuda y se que por su medio lo podre obtener. necesito los cuadernos filosoficos de W.I. L. de 1895-1911.
ya que viendo su boletin ciudadano 0027 con fecha sábado 31 de marzo de 2012- tratan del cuaderno filosofico."Algunos apuntes sobre filosofía y dialéctica"
Me pueden escribir at larios.doris@gmail.com
Si pues, está en inglés en www.marxists.org, pero te pasaré el correo de otro compa a ver si los tiene en español
ResponderEliminarhttp://www.buscalibros.cl/buscar.php?autor=lenin&o=titulo&p=5 Por aquí hay algunos importados de Chile, pero te envio lo que tengo
ResponderEliminarEscritos filosóficos de Lenin
ResponderEliminarhttp://www.marxists.org/archive/lenin/works/1914/cons-logic/index.htm
http://www.marxists.org/archive/lenin/works/1914/cons-logic/index.htm
ResponderEliminarEsto es lo que encontré por el momento, viene en español, inglés, pero hay más material en la red. saludos
Otros apuntes de Lenin sonbre La Sagrada Familia
http://translate.google.com.mx/translate?sl=en&tl=es&js=n&prev=_t&hl=es&ie=UTF-8&layout=2&eotf=1&u=http%3A%2F%2Fwww.marxists.org%2Farchive%2Flenin%2Fworks%2F1895%2Fmisc%2Fholy-fam%2Fholy-fam.htm
Más general todos los escritos filosóficos están en
http://www.marxists.org/archive/lenin/works/cw/volume38.htm
http://translate.google.com.mx/translate?sl=en&tl=es&js=n&prev=_t&hl=es&ie=UTF-8&layout=2&eotf=1&u=http%3A%2F%2Fwww.marxists.org%2Farchive%2Flenin%2Fworks%2F1895%2Fmisc%2Fholy-fam%2Fholy-fam.htm
Espero que esto sea de ayuda, saludos