jueves, 31 de diciembre de 2009

Venezuela: Una nueva fase y mayores peligros

Escrito por Alejandro Rojas, miembro del Comité por una Internacional de Trabajadores

La llegada al poder de Hugo Chávez en 1998 representó un importante cambio en la situación mundial. Éste era el primer gobierno en llegar al poder que no abrazaba las ideas despiadadas del neo-liberalismo que habían dominado cada gobierno y clase dirigente durante los 1980 y 90. La llegada al poder de Chávez tuvo, por lo tanto, un importante carácter positivo. El régimen de Chávez realizó una serie de reformas populares, especialmente en sanidad y educación, que el CIT y los trabajadores de Venezuela apoyaron con entusiasmo.


Las políticas radicalmente populistas de Chávez pronto elevaron la cólera del imperialismo norteamericano y de la clase dominante venezolana que intentó derrocarlo. La lucha en Venezuela ha pasado por diferentes fases, y diferentes situaciones.

Ahora, ha entrado en una nueva fase que ha resultado ser crítica. Inicialmente, Chávez hablaba solamente de la “Revolución Bolivariana” y se introdujeron una serie de importantes reformas. Las llamadas “Misiones” en el campo de la sanidad (Barrio Adentro) y educación (Misión Robinson) fueron especialmente populares. Se alfabetizó a un millón de venezolanos, y millones tuvieron acceso a un médico por primera vez. Tres millones accedieron a colegios de primaria y secundaria. Más de dos millones de hectáreas se distribuyeron a las cooperativas agrarias desde que Chávez llegó al poder en 1998. Estas reformas y otros aspectos de su programa rápidamente le llevaron al enfrentamiento con los oligarcas que habían estado anteriormente en el poder y provocaron la ira de los Estados Unidos.

Al golpe de Estado fallido de 2002, y al “bloqueo” de la patronal en 2002-2003, le siguieron una serie de actos de sabotaje, que provocaron escasez de mercancías y desafíos electorales. Éstos fueron bloqueados por un movimiento de base masivo y espontáneo. La derrota de estos intentos contrarrevolucionarios supuso una importante victoria.
 
En 2005, espoleado por estos acontecimientos y por la presión de las masas pobres y de los trabajadores, Chávez dio un paso adelante y por primera vez declaró que el objetivo de la Revolución Bolivariana era el de construir el “Socialismo del siglo XXI”.


Esto puso de nuevo la cuestión del socialismo en la agenda política, por primera vez desde la caída del muro de Berlín, y tuvo, por lo tanto, un carácter positivo.

Sin embargo, una cosa es hablar de socialismo y otra es entender cuáles son los programas y métodos necesarios para alcanzarlo. Los marxistas también tienen la responsabilidad de señalar y discutir las debilidades, deficiencias y peligros que se presentan en cualquier movimiento y que pueden actuar como un obstáculo para derrotar al capitalismo. Es necesario ayudar a los trabajadores y a los socialistas a buscar el camino correcto para avanzar en la lucha y llevar a cabo una revolución socialista. De esta manera, se puede construir un verdadero socialismo con un sistema de auténtica democracia de los trabajadores a través de las experiencias históricas del movimiento obrero internacional. Nosotros también invitamos a los trabajadores venezolanos para que nos muestren sus comentarios y críticas sobre las luchas obreras en otros países.

El CIT ha celebrado los pasos positivos que se han dado en Venezuela. Pero también hemos advertido de los peligros venidos de la contrarrevolución y reacción que está enfrentando el movimiento debido a las deficiencias de programa, método y organización de la clase obrera. A diferencia de otros en la izquierda, hemos evitado caer en la trampa del oportunismo – y actuar como “cheerleaders” y consejeros de Chávez – o, por el contrario, de atacar a Chávez de una manera personal y sectaria.

La amenaza de la contrarrevolución permanece porque el capitalismo, desafortunadamente, no ha sido derrotado y reemplazado por una organización socialista y democrática de la producción, basada en el establecimiento de una democracia de los trabajadores y campesinos. Ahora, una nueva y crítica fase se ha abierto en Venezuela que presenta nuevos peligros en la lucha por el socialismo.

El no haber derrotado el capitalismo, está dando lugar a una serie de ataques contra los programas de reforma y contra la clase obrera. La nueva élite acaudalada, que se ha creado sobre las espaldas del movimiento y un aparato burocrático siempre en crecimiento y plagado de corrupción, está cada vez más cercana a un enfrentamiento contra la clase obrera y contra la lucha por la revolución. Usando una “retórica socialista”, la burocracia y esta nueva élite emergente están adoptando, cada vez más, medidas de represión contra la clase obrera y contra aquellos que se enfrentan o que critican el régimen.

El CIT ha comentado en muchas ocasiones que una de las debilidades más graves de la situación en Venezuela es la falta de una organización consciente e independiente de la clase obrera, que sea capaz de ponerse a sí misma a la cabeza de la lucha por una revolución socialista. El movimiento bolivariano se ha organizado de arriba abajo, sin un control consciente por parte de la clase obrera. Como resultado, métodos burocráticos, administrativos y ahora, desafortunadamente, cada vez más represivos son utilizados contra la clase trabajadora o contra aquellos que cuestionan o desafían el régimen desde la izquierda.

Estos dos elementos – el predominio del capitalismo y los métodos burocráticos represivos – se han fortalecido recientemente. El proceso revolucionario que se desarrolló especialmente después de la intentona golpista y del bloqueo de 2002-2003 se han detenido ante esta coyuntura. Si un proceso revolucionario no avanza y se desarrolla, puede finalmente empezar a corroerse e incluso pudrirse.

Desafortunadamente, esta amenaza está empezando a crecer en Venezuela. Como consecuencia, el apoyo a Chávez está siendo minado. Incluso la idea de socialismo está empezando a desacreditarse en parte de la sociedad debido a la incapacidad de llevar la revolución hacia adelante. Éste es un cambio cualitativo que alienta la amenaza de una contrarrevolución. Una contrarrevolución, sin embargo, que en parte está siendo conducida desde dentro del proprio movimiento chavista.
 

miércoles, 30 de diciembre de 2009

Toma de tierras en Chiapas


Nosotros los campesinos e indígenas adherente de “la otra campaña” queremos dar a conocer ante la opinión pública el motivo por el cual hemos tomado la decisión de recuperar estas tierras del rancho denominado “la granada”, municipio de amatenango del valle. Somos parte de las comunidades en resistencia y estamos organizados en la Organización de la Asamblea Ricardo Flores Magón.


Nuestras razones son las siguientes:

Porque no tenemos tierras donde trabajar para sostener a nuestras familias. El lugar donde vivimos es una tierra infértil que no sirve para sembrar nuestros alimentos. Hoy como mexicanos reivindicamos nuestro derecho a luchar para comer y vivir como cualquier otra persona.

Estas tierras eran de nuestros antepasados, nuestros abuelos y abuelas, pero fueron arrebatados por los Españoles, quedando en manos de los caciques y terratenientes, que ahora en nuestro tiempo existen todavía. Aunque hayan reformado el artículo 27 constitucional en donde nos niega el derecho a la tierra. Prueba de ello es este bendito lugar donde estamos recuperando el derecho que nos corresponde desde hace siglos como descendientes de los pueblos indígenas y campesinos. Por esto, estamos dispuestos a derramar nuestra sangre si el mal gobierno quiere venir a desalojarnos con sus policías y militares.

Nosotros somos leales a al lema de nuestro general Zapata “tierra para el que la trabaja”, para nosotros los indígenas nuestra madre tierra no se compra ni se vende, sino se cuida y se trabaja, tampoco es para los terratenientes. Por eso, para nosotros preferimos morir de pie mas no arrodillados por defender nuestros derechos y nuestra vida por estas tierras del rancho “La granada”.

Cuando los españoles descubrieron América, empezó la imposición, el despojo y destrucción de los valores propios que guardaban y Vivian nuestros antiguos ancestros de cada pueblo. Esto es el contexto político y económico que conserva los actuales gobernantes de nuestro pais. La historia confirma que nosotros los pueblos indígenas hemos sido objeto de subordinación, desigualdad y discriminación que nos han determinado una una situación estructural de pobreza, muerte, explotación y exclusión política, etc… Señalada en los Acuerdos de San Andres en las paginas 20, 26, 27, 29, 31, 33, 35, 36, 38, 39 y 42.

Para entender las diversas etapas de las condiciones de la historia indígena, es conocer y comprender primero las luchas por la independencia, la revolución mexicana en 1910 y la lucha actual del EZLN y “Acuerdos de San Andres” en los párrafos 204, 205, 206, 207, 208, 209 donde habla sobre el respeto a la interculturalidad. No a la discriminación.

En nuestros últimos tiempos constituimos tres sentimientos de gritos; el dolor, la angustia y la esperanza. Nuestra lucha es para conservar el respeto de nuestros derechos comunitarios, una lucha por la conservación de nuestra identidad frente a la civilización que ferozmente trata de despojarnos de todo a las comunidades indígenas. Fundada en la concepción del hombre y el mundo según la óptica de la modernidad. Identidad, nuestros derechos a ser nosotros mismos. Nuestras principales demandas son el derecho a la tierra y el territorio, el derecho a la libre determinación, el derecho a la educación y a la cultura, el derecho al desarrollo, reconocimiento y cumplimiento de los tratados y acuerdos y reconocimiento de los derechos colectivos.

Por ultimo: Hacemos responsable de cualquier agresión física y psicológica al señor Luis Marcial Corzo, al gobierno estatal y federal por un posible intento de desalojo.

ATENTAMENTE

Organización de Asamblea Ricardo Flores Magón, adherente de “La otra campaña” de las comunidades en resistencia.


¡! LA TIERRA ES PARA QUIEN LA TRABAJA!!

viernes, 18 de diciembre de 2009

DECRETO DE PRESUPUESTO DE EGRESOS 2007 EN EL DF

Escrito por Jesús Valdez


El año 2006 ha sido electrizante para la clase obrera alrededor de todo el continente americano y europeo, en el caso de México tenemos la heroica lucha minera que paso de ser una lucha aparentemente económica, hasta convertirse en una lucha política al asumir esta lucha por mejores condiciones de vida y por la liquidación de los familiares de los mineros caídos en Pasta de Conchos culpa de los patrones burgueses hasta pasar a una lucha más decidida al mantener la postura de la defensa de los sindicatos y el voto hacia Andrés Manuel López Obrador.


La lucha del magisterio y el pueblo oaxaqueño tuvo un menor impacto, obligó a sus direcciones a asumir una postura clasista (obrera) de cara al fraude electoral, en tanto que las bases del PRD, el SME y otros sindicatos hicieron lo propio. Vemos madurar el factor subjetivo día con día.

A principios de 2006 los trabajadores en Bolivia obligan a Evo Morales a nacionalizar los hidrocarburos, en tanto que los estudiantes franceses y mexicanos (IPN) asumen la unidad con los sindicatos para llamar a una huelga general en contra del contrato de primer empleo en el primer caso y el nuevo reglamento en segundo, aunque cronológicamente distintas en ambos casos logran derrotar al gobierno exitosamente, a la par que se nacionalizan las telecomunicaciones en Venezuela y el proletariado latinoamericano ha protagonizado una lucha ejemplar contra los abusos de los patrones estadounidenses.

Ante tal panorama, sorprende ver carteles en el Sistema de Transporte Colectivo Metro con la leyenda “en movimiento por + seguridad”, que a la letra propone.

- Incremento de 4 000 policías cada año e instalación de 4 000 cámaras de vigilancia.

- Incorporación de 1000 patrullas anuales.

- Aumento de vigilancia en cajeros y bancos.

- Intensificar los operativos de vigilancia en las escuelas.

En tanto a la vigilancia de cajeros y bancos cabe señalar que se hace un grosso favor a los banqueros que tanto nos han robado, y siguen exprimiéndonos por medio del IPAB (antes FOBAPROA) al convertir este en deuda pública, ¿para qué seguir subsidiándolos. Mientras que no se hace la mención de los operativos hechos principalmente a la gente que viene de trabajar, dentro de las estaciones del metro y el dilapidante gasto en detectores de metales. Esto mas bien parece una política intidimidatoria hacia los trabajadores, ya que tan sólo en los recientes meses, en el metro pantitlan me he encontrado con operativos en los que hay 50 detectores de metales por cada 50 polícias concentrados en un área que no sobrepasa los 10m2, y ya en los paraderos había no menos de 40 policías por 15 andenes aproximadamente.

A fuerza de ser honestos, debemos consultar las cífras proporcionadas por el GDF una es el proyecto de presupuesto de egresos para 2007


Y la otra es el decreto de presupuesto de egresos para el Distrito Federal, publicada en la gaceta oficial del distrito federal.

 
 
 

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Si comparamos el decreto con el proyecto del presupuesto de egresos del D.F. notaremos un incremento de 50 000 000 mdp en lo que respecta a cultura. Pero si echamos mano de la filosofía y analizamos esto causalmente, notaremos que dicho incremento no se dio, sino a partir de las intensas movilizaciones protagonizadas por la juventud a sólo un día del decreto. En diccha movilización, además de reflejar que tanto los trabajadores, como los jóvenes estamos más politizados que nunca, un compañero declaró:

''Ahora estarán los diputados de la Comisión de Cultura contra los de la Comisión de Hacienda, pero atrás de los primeros estamos nosotros empujándolos. No esperamos nada de las prácticas neoliberales del señor Calderón, pero sí de los legisladores, de todos los partidos, que elegimos nosotros. Vamos a ganar esta batalla por la cultura, luego la daremos por la educación y por la universidades”


Esto prueba Ebrard puede ceder ante la presión de los trabajadores, quiéralo o no, pero esto no se queda ahí pues para el infortunio de todos, este aumento presupuestal al sector cultura, se tradujo en un recorte a la Universidad Autónoma de la Ciudad de México (UACM) de 603 000 000 mdp, el GDF no tuvo el menor empacho en ocultar dichos aumentos y recortes págs 27 y 29 del archivo PDF en Internet, de tal modo que se canjea un aumento a cultura de 50 000 mdp por un recorte al sector educación de 603 000 000 mdp. Sin embargo esto no produjo ninguna movilización.

Si somos fieles a estas cifras, notamos que el presupuesto destinado al sector salud, podría ser triplicado con la sola desaparición de los órganos represivos.

Solo falta verificar si estos recortes serán destinados a construir otro plantel de la UACM.

El ejemplo de comités de defensa y de seguridad lo vimos en la ciudad de Oaxaca, muy probablemente tengamos que echar mano de ello, pero para esto tenemos que tener bien aprendidos los errores de la dirección de la APPO, que se encargó de desorganizar el movimiento, infundir el miedo entre los militantes de este referente, y además diciendo todo el tiempo ¡ay, ya nos van a pegar!, en lugar de organizar la victoria sobre la PFP, que en todo momento significaron moscas, comparados con la tremenda fuerza y capacidad de respuesta de los trabajadores de Oaxaca. Lo que hizo falta aquí fue una organización revolucionaria capaz de unificar las luchas de los trabajadores para neutralizar las acciones de la policía federal preventiva e implementar el poder obrero.

Los recientes acontecimientos no han hecho otra cosa que poner de manifiesto la falta de una política decidida y una dirección revolucionaria que haga suyas las demandas obreras, dado que en el momento actual no se puede objetar la falta de apoyo o apatía de los trabajadores y el pueblo o ciudadanía en general, invitamos a todos los trabajadores de todo el mundo a luchar por una sociedad distinta, sin hambre, explotación, ni guerras imperialistas, una sociedad socialista.

En política las intenciones cuentan y los hechos hablan.

El gasto respecto al aparato burocrático y los vicios inherentes al capitalismo (puesto que la construcción de otro sistema depende únicamente de los trabajadores), queda pendiente para la próxima parte de este artículo, siendo que los medios de comunicación como T.V. azteca ven paja en el ojo ajeno sin sacar la viga del propio. El gobierno del D.F. se enrola con estos hechos hacia la vía policiaca calderonista contra la población.

Marzo de 2007


A 2 años de haber sido escrito este artículo, vemos como el gobierno del D.F. traiciona a quienes confiaron en su apoyo, este es el caso del movimiento obradrosita, algunos meses posteriores al cierre de este artículo, Marceló reprimió al plantón de la APPO en el D.F., luego a los compañeros campesinos de la Unión del Valle de Anáhuac, sección poblana, ahora le quita su tierra a los ejidatarios de Tlahuac


Vér tambien

Rechazamos y condenamos las acciones de despojo y represión del Gobierno del Distrito Federal contra ejidatarios y campesinos de Tláhuac

http://radiozapote.flujos.org/node/826

http://mecbcordinadora20delvalle.blogspot.com/2009/08/rechazamos-y-condenamos-las-acciones-de.html



miércoles, 16 de diciembre de 2009

Alto al Fuego & Que pasara? - Skool 77

Abraham García reinstalado ! !





Compañeros:

Con gran agrado les comunicamos que la lucha estudiantil suma una victoria más.
El mitín del día de hoy para exigir la reinstalación del compañero Abraham García, que había sido expulsado hace unos días, fue de mayor magnitud de lo que se tenía contemplado. Cerca de las 2:45 diversos compañeros, estudiantes en lucha, de diferentes instituciones como la UNAM, IPN, UAM,otros planteles del CB, Derechos Humanos, entre otros, comenzaron a llegar. El mitin comenzó puntual, justo afuera de la entrada principal del plantel 8.
Ante la fuerza del movimiento estudiantil que se manifestaba a lo largo del mitin, el director del plantel, Luis Roberto Carrillo H., mostró miedo y llamo a algunas patrullas.

Para ejercer presión y pedir que una comisión pasara a dialogar para a pedir la inmediata restitución del estudiante Abraham, se procedió a cerrar la avenida José Ma. Castorena. El director condicionó "sólo si quitan el bloqueo, pasan". Despupes de una discusión en la entrada del plantel, se llegó al acuerdo: el plantón se hacía a un lado y la comisión entraba, pero esto no significaba que se retirara por completo.

La comitiva designada para el diálogo con el director estuvo conformada por un abogado, una defensora de derechos humanos, dos estudiantes del CLECB8, una madre de familia, dos profesores del SINTCB y por su puesto el compañero Abraham acompañado de su padre. El director trató de desgastar el diálogo y ante esto los compañeros que permanecían afuera tomaron medidas para ejercer presión, cerrando la avenida José Ma. Castorena y el cruce con la carretera México-Toluca.


La negociación fue exitosa, a pesar de que el director trató de desgastarla y hacerla pesada. ¡SE LOGRÓ RECHAZAR LA EXPULSIÓN INJUSTIFICADA DEL COMPAÑERO ABRAHAM GARCÍA NIÑO DE RIVERA!

Además se dejó en claro, que el director no tiene derecho a coartar la libre expresión de los estudiantes, así como la organización del comité, puesto que es un derecho humano inalienable.

Aún así compañeros, no podemos confiarnos del todo, pues sabemos que el director es vengativo y que la iniciativa de expulsar a un estudiante perteneciente al Comité de Lucha del CB 8, es un intento de inflingir miedo a los estudiantes en lucha. Pero que le quede bien claro: NO TENEMOS MIEDO Y NO NOS VAMOS A DOBLEGAR! Él lo vio el día de hoy.

Un profundo agradecimiento a nuestros hermanos de prepa 4, bacho 2, bacho 6, bacho 20, prepa 3, CCH azcapotzalco, FES Aragón, FFyL, Facultad de Ciencias Políticas (UNAM), UAM-X, UAM-I, al SINTCB, a la compañera Elsa, disculpen si falta algun@.

¡¡¡ALERTA QUE CAMINA LA LUCHA ESTUDIANTIL POR AMÉRICA LATINA!!!
¡¡¡NI UN PASO ATRÁS!!!
¡¡¡NO LE TENEMOS MIEDO A LUIS ROBERTO CARRILLO!!!
¡¡¡VICTORIA PARA EL MOVIMIENTO ESTUDIANTIL!!!


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Como se forman los revolucionarios


León Trotsky

Estimado camarada Paz:


A la carta conjunta - que no voy a caracterizar como corresponde en mi respuesta porque tengo la seguri¬dad de que en el futuro colaboraré con la mayoría de los firmantes, quienes la apoyaron por error - usted le agrega una carta privada que me brinda la oportunidad de responderle con toda franqueza, libertad e inclusive con toda brutalidad.

Usted me llama “patrón” y por calificarme así, se apropia el derecho de instruirme y guiarme. Me señala en todo momento de qué manera debe comportarse un “patrón”, cómo debe organizar su tiempo, qué tareas debe abandonar para dedicarse a las que usted le asigna. Permítame preguntarle si su tiempo y sus fuerzas están organizadas de acuerdo con esta gran tarea revolucionaria de la que usted desea ser el eje. Porque su carta trata únicamente esa cuestión: ¿Quién será el eje? Y su ruptura con el semanario, la hostilidad que le demuestra, sus acusaciones contra Gourget y ahora contra Rosmer giran en torno a este mismo “eje”.

No sé si soy el “patrón”, sobre todo un patrón según sus normas. Creo que no. Pero el único móvil que me guía en mis relaciones con mis amigos, como con mis enemigos, es la causa revolucionaria. Los prejui¬cios personales me son absolutamente ajenos. Como dije muchas veces, quería que Contre le Courant fuera un semanario. En Constantinopla su única objeción fue el aspecto económico del proyecto. Me dijo, confirmando lo que yo ya sabía, que los gastos de Contre le Courant se cubren con dinero enviado por la Oposición rusa, [2] y que, agotados dichos fondos, era difícil prose¬guir con la publicación semanal del periódico. Este argumento me pareció extraño. No podía entenderlo. Me dije: “Se trata de una observación hecha al pasar. No debo exagerar su importancia.” Es cierto que debí aceptar su propuesta de editar un periódico bimensual, pero para mí (y para usted) se trataba de una medida provisional, cuya vigencia sería de dos o tres meses como máximo.

En realidad, se resolvió publicar un semanario con la perspectiva de convertirlo en diario, y así consta en su cuaderno de notas. Pero usted ni siquiera se acercó a un diario, ni a un semanario, ni tampoco a un periódico bimensual. Contre le Courant es, ahora más que nunca, una colección de documentos rusos. Leyendo este diario no se aprende nada sobre el movimiento francés. Habíamos elaborado otros proyec¬tos para el trabajo de masas. No se hizo nada. No veo en Contre le Courant el menor indicio de que se haya realizado algo en este sentido. Y después de esperar pacientemente cuatro meses, de repetir con insistencia que debemos salir del encierro, recibiendo por única respuesta sus cuentos acerca de Treint [3] y Souvarine, me envía una cita de su cuaderno de apuntes para justi¬ficar su argumentación. Pero ésa es la actitud de un escribano, no de un revolucionario. Y aquí llegamos al problema decisivo. Para publicar nuestros documentos en Rusia, nuestros amigos dieron todo lo que poseen y sacrificaron todo lo que la gente adicta a la causa pudo sacrificar. En París no era necesario llegar a ese extremo. Para editar el semanario bastaban sacrificios totalmente secundarios e insignificantes: tiempo y dinero. Si uno da el primer paso y pone el ejemplo, luego le puede exigir a los demás, gana el derecho de exigir sacrificios en nombre de la causa común. Pero su primer paso fue aducir la carencia de una base finan¬ciera y luego, para “profundizar” la 



teoría de la abs­tención, agregó la carencia de una base teórica. Todo lo dicho y hecho hasta el momento es vacuo e inoperante. Para hacer algo “sólido” debemos aguardar la publi­cación de su folleto. En fin, su pretensión es indignante, y usted mismo no habría planteado este argumento inaudito si no se encontrara en una situación precaria que lo obligara a buscar a toda costa algo que se parez­ca a un argumento.

Para usted, ninguna expresión es lo suficientemente fuerte para desacreditar a los cinco camaradas que “se inspiraron en Costantinopla”.[1][4] Este sarcasmo está fuera de lugar, y es de mal gusto. Estos camaradas, aunque tienen que ganarse la vida, vinieron a Cons­tantinopla a ayudarme por su propia iniciativa, bajo su propia responsabilidad y en un momento muy difícil. Su ayuda me resultó invaluable. Todo eso está bien. Pero la historia tiene otro aspecto. Después de obser­varlos muy de cerca, me dije que los camaradas que son capaces de asumir esa iniciativa y ese sacrificio perso­nal son revolucionarios, o pueden convertirse en revo­lucionarios; porque es así, camarada Paz, como se forman los revolucionarios. Hay revolucionarios sabios y otros ignorantes, los hay inteligentes y los hay mediocres. Pero no es revolucionario el que no está dispuesto a destruir obstáculos, el que carece de abnegación y espíritu de sacrificio. No me equivoqué. Estos camaradas jóvenes se declararon totalmente dispuestos a entregar su tiempo, sus fuerzas y medios para publicar un semanario, y a movilizar a otros. Están cumpliendo su promesa, y usted los sabotea en lugar de ayudarlos. Y siempre debido al problema del “eje”.

¿Qué concepción tiene usted de la importancia de un semanario destinado a convertirse en diario, en un movimiento que debe tener ramificaciones en todas partes? ¿Cree que se puede realizar esa tarea dedi­cándole los pocos momentos que su muy atareado ejer­cicio de la abogacía le deja libres? ¿Se cree usted capaz de dirigir el movimiento, o siquiera un semanario aso­ciado al movimiento, como si fuera una tarea secunda­ria? Yo tengo otra concepción del eje revolucionario. Creo que la persona que dirige un periódico obrero, sobre todo en una época como la nuestra, que nos impone responsabilidades tan grandes, sólo debería ocuparse de esta tarea. Este problema me preocupa mucho desde que vino a Constantinopla, donde usted mismo me informó que es un abogado sumamente atareado. Pero me dije que, puesto que usted quería dirigir el semanario, naturalmente sacaría las con­clusiones pertinentes. Y como no concebía nuestra relación como la de un amo con su esclavo, no le señalé cómo debía repartir su tiempo entre la revolución y el tribunal. Supongo que sabe que cuando Haase quiso convertirse en uno de los ejes del partido alemán, debió abandonar el ejercicio de la abogacía en Koenigsberg.[2][5] En el congreso de  Jena, todos - incluso Bebel - lo elogiaron por sacrificar su renta anual de treinta mil marcos. A los rusos - yo estuve presente en ese congreso - esos elogios nos resultaron muy fasti­diosos, por su carácter totalmente pequeñoburgués. Mencioné este incidente en una de mis intervenciones para caracterizar la falta de espíritu revolucionario del partido alemán. Y sin embargo Haase no estaba prepa­rado para afrontar las situaciones revolucionarias, el curso brutal de los acontecimientos.

No me extenderé sobre la trayectoria del partido ruso en la época del trabajo ilegal. La persona que esta­ba en el movimiento ponía a disposición de éste sus medios materiales, le pertenecía en cuerpo y alma, se identificaba abiertamente con la causa que servía. Fue ese proceso educativo el que nos permitió formar los combatientes que luego fueron los “ejes” de la revolu­ción proletaria.

Camarada Paz, le hablo con franqueza y  aun con brutalidad para salvar lo que pueda ser salvado. La situación es demasiado seria como para andar con remilgos. No soy un fanático ni un sectario. Soy perfec­tamente capaz de comprender a una persona que sim­patiza con la causa comunista sin abandonar su medio. Ese tipo de ayuda nos puede resultar muy valiosa, pero es la ayuda de un simpatizante. Me referí a esta cues­tión en una carta a mis amigos norteamericanos. Eastman[3][6] me había escrito, sin remilgos, que ésa era su situación personal. Se autotitula “compañero de ruta”, afirma que no aspira a ocupar ningún cargo de dirección en el movimiento de la Oposición y se conten­ta con ayudarla. Hace traducciones, otorga sus dere­chos de autor a The Militant, etcétera; ¿por qué? Porque no se puede brindar por entero al movimiento. Y actúa correctamente.


Usted debe comprender que la persona que es el “eje”, es decir, el dirigente o uno de los dirigentes del movimiento revolucionario, se adjudica el derecho de llamar a los obreros a hacer los mayores sacrificios, incluso el de sus vidas. Este derecho entraña las responsabilidades concomitantes. En caso contrario, todo obrero inteligente inevitablemente se preguntará: “Si Fulano, que me exige los mayores sacrificios, utiliza las cuatro quintas o las dos terceras partes de su tiempo, no para asegurar mi victoria sino para ase­gurar su existencia burguesa, demuestra que no tiene confianza en la inminencia de la revolución próxima.” Ese obrero tendría razón.
 

¡Olvídese del programa, por favor! No se trata del programa. Se trata de la actividad revolucionaria en general. Marx dijo una vez que un solo paso adelante del movimiento vale más que diez programas. Y eso que Marx era un experto en la elaboración de progra­mas, e inclusive de manifiestos, ¡tan experto, al menos, como usted y yo!

En conclusión. Sus cartas y sobre todo su actitud política me demuestran que para usted el comunismo es una idea sincera más que la convicción que guía su vida. Y sin embargo esta concepción es muy abstracta. Ahora, justamente cuando es necesario (y lo es desde hace tiempo) realizar una actividad que ocupa absoluta­mente todo su tiempo, usted instintivamente comienza a oponerse, porque emplea un criterio doble de conduc­ta. Cuando se lo invita a participar, responde “no hay recursos, las fuerzas son insuficientes”. Y cuando otros comienzan a buscar los recursos y las fuerzas, dice “si no soy el eje me opongo”. ¡Es inaudito! ¡Si no tiene confianza en el semanario, quédese quieto y no sabo­tee! ¡ Usted no tiene experiencia en estas cuestiones, y camina ciegamente hacia una nueva catástrofe! Maña­na invocará diferencias teóricas, filosóficas, políticas y filológicas para justificar su posición. ¡No resulta difícil adivinar adónde lo conducirá eso! Si no quiere salir a la palestra, quédese quieto, mantenga una amis­tosa neutralidad y no dé el triste espectáculo de una oposición sin principios, basada exclusivamente en razones de índole personal.

Con el mayor deseo de salvar nuestra amistad política,





[1] Pierre Broué señala que entre los franceses que fueron a Prinkipo a discutir la campaña del semanario estaban Alfred Rosmer, Pierre Naville, Pierre Frank, Raymond Molinier y Jean van Heijenoort [Le Mouvement communiste en France]
[2] El congreso de la socialdemocracia alemana reunido en Jena, en setiembre de 1911, eligió a  Hugo Haase copresidente del partido junto con August ­Bebel. Haase  (1863-1919) tomó la dirección de una minoría centrista -  que  se oponía a la política de guerra de la socialdemocracia alemana y fundó el USPD en 1917. Fue asesinado en las escaleras del Reichstag por un fanático de derecha.
[3] Max Eastman (1883-1969): director de The Masses [Las Masas] antes de la Primera Guerra Mundial, fue uno de los primeros simpatizantes de la Oposición de Izquierda y traductor de varios libros de Trotsky. Repudió el materia­lismo dialéctico en la década del 20 y el socialismo en la del 30. Se volvió anticomunista y director del Reader’s Digest.


[1] Pierre Broué señala que entre los franceses que fueron a Prinkipo a discutir la campaña del semanario estaban Alfred Rosmer, Pierre Naville, Pierre Frank, Raymond Molinier y Jean van Heijenoort [Le Mouvement communiste en France]
[1] El congreso de la socialdemocracia alemana reunido en Jena, en setiembre de 1911, eligió a  Hugo Haase copresidente del partido junto con August ­Bebel. Haase  (1863-1919) tomó la dirección de una minoría centrista -  que  se oponía a la política de guerra de la socialdemocracia alemana y fundó el USPD en 1917. Fue asesinado en las escaleras del Reichstag por un fanático de derecha.
[1] Max Eastman (1883-1969): director de The Masses [Las Masas] antes de la Primera Guerra Mundial, fue uno de los primeros simpatizantes de la Oposición de Izquierda y traductor de varios libros de Trotsky. Repudió el materia­lismo dialéctico en la década del 20 y el socialismo en la del 30. Se volvió anticomunista y director del Reader’s Digest.















¿Qué es una situación revolucionaria?




 León Trotsky


1. Para analizar una situación desde un punto de vista revolucionario, es necesario distinguir entre las condiciones económicas y sociales de una situación re­volucionaria y la situación revolucionaria misma.


2. Las condiciones económicas y sociales de una si­tuación revolucionaria se dan, hablando en general, cuando las fuerzas productivas de un país están en de­cadencia; cuando disminuye sistemáticamente el peso del país capitalista en el mercado mundial y los ingre­sos de las clases también se reducen sistemáticamente; cuando el desempleo ya no es simplemente la conse­cuencia de una fluctuación coyuntural, sino un mal so­cial permanente con tendencia a incrementarse. Estas son las características de la situación de Inglaterra; podemos decir que allí se dan y se profundizan diariamente las condiciones económicas y sociales de una situación revolucionaria. Pero no debemos olvidar que a la situación revolucionaria la definimos políticamente, no sólo sociológicamente, y aquí entra el factor subje­tivo, el cual no consiste solamente en el problema del partido del proletariado, sino que es una cuestión de conciencia de todas las clases, por supuesto fundamen­talmente del proletariado y su partido.


3. La situación revolucionaria sólo se da cuando las condiciones económicas y sociales que permiten la revolución provocan cambios bruscos en la conciencia de la sociedad y de sus diferentes clases. ¿Qué cambios?


a) Para nuestro análisis tenemos que tener en cuenta las tres clases sociales: la capitalista, la clase media, el proletariado. Son muy diferentes los cambios de mentalidad necesarios en cada una de estas clases.


b) El proletariado británico sabe muy bien, mucho mejor que todos los teóricos, que la situación económica es muy grave. Pero la situación revolucionaria se desa­rrolla sólo cuando el proletariado comienza a buscar una salida, no sobre los carriles de la vieja sociedad sino por el camino de la insurrección revolucionaria contra el orden existente. Esta es la condición subjetiva más importante de una situación revolucionaria. La intensidad de los sentimientos revolucionarios de las ma­sas es uno de los índices más importantes de la madu­rez de la situación revolucionaria.

c) Pero la etapa siguiente a la situación revoluciona­ria es la que permite al proletariado convertirse en la fuerza dominante de la sociedad, y esto depende hasta cierto punto (aunque menos en Inglaterra que en otros países) de las ideas y sentimientos políticos de la clase media, de su desconfianza en todos los partidos tradicionales (incluyendo al Partido Laborista, que es refor­mista, vale decir conservador) y de que deposite sus esperanzas en un cambio radical, revolucionario de la sociedad (y no en un cambio contrarrevolucionario, o sea, fascista).

d) Los cambios en el estado de ánimo de la clase media y del proletariado corresponden y son paralelos a los cambios en el estado de ánimo de la clase domi­nante. Cuando ésta ve que es incapaz de salvar su sistema, pierde confianza en sí misma, comienza a desin­tegrarse, se divide en fracciones y camarillas.

4. No se puede saber por adelantado, ni indicar con exactitud matemática, en qué momento de estos procesos está madura la situación revolucionaria. El partido revolucionario sólo puede descubrirlo a través de la lu­cha por el crecimiento de sus fuerzas e influencia so­bre las masas, sobre los campesinos y la pequeña burguesía de las ciudades, etcétera; y por el debilitamiento de la resistencia de las clases dominantes.

5. Si aplicamos estos criterios a la situación de Gran Bretaña, vemos que:

a) Las condiciones económicas y sociales existen y se vuelven más apremiantes y agudas.

b) Sin embargo, todavía estas condiciones económi­cas no provocaron una respuesta psicológica. No hace falta un cambio en las condiciones económicas, ya into­lerables, sino un cambio en la actitud de las distintas clases hacia esta intolerable y catastrófica situación que vive Inglaterra.

6. El desarrollo económico de la sociedad es un pro­ceso muy gradual, que se mide en siglos y décadas. Pe­ro cuando se alteran radicalmente las condiciones. eco­nómicas, la respuesta psicológica, ya demorada, puede aparecer muy rápido. Y así sucedan rápido o lentamen­te, esos cambios inevitablemente deben alterar el estado de ánimo de las clases. Solo entonces tenemos una situación revolucionaria.

7. En términos políticos, esto significa:

a) Que el proletariado debe perder su confianza no sólo en los conservadores y en los liberales sino tam­bién en el Partido Laborista. Tiene que concentrar su voluntad y su coraje en los objetivos y métodos revolucionarios.

b) Que la clase media debe perder su confianza en la gran burguesía, en los lores, y volver los ojos hacia el proletariado revolucionario.

c) Que las clases poseedoras, las camarillas gober­nantes, rechazadas por las masas, pierden su confian­za en sí mismas.

8. Estas actitudes se desarrollarán inevitablemen­te pero todavía no existen. Pueden desarrollarse en un lapso breve debido a la agudeza de la crisis. Este proce­so puede llevar dos o tres años, incluso un año. Pero hoy es una perspectiva, no un hecho. Tenemos que ba­sar nuestra política en los hechos de hoy, no en los de mañana.

9. Las condiciones políticas de una situación revolu­cionaria se desarrollan simultánea y más o menos paralelamente, pero esto no significa que madurarán todas al mismo tiempo; éste es el peligro que nos amenaza. De las condiciones políticas en sazón, la más in­madura es el partido revolucionario del proletariado. No está excluida la posibilidad de que la transformación revolucionaria del proletariado y de la clase media, y la desintegración de la clase dominante, se desarrollen más rápidamente que la maduración del Partido Comu­nista. Esto significa que podría darse una verdadera si­tuación revolucionaria sin un partido revolucionario adecuado. En cierta medida se repetiría lo que sucedió en Alemania en 1923. Pero es un error absoluto consi­derar que ésta es hoy la situación de Inglaterra.

10. Decimos que no está excluida la posibilidad de que el partido pueda quedar retrasado respecto a los demás elementos de la situación revolucionaria, pero no es inevitable. No podemos hacer un pronóstico exacto, pero aquí no se trata de un problema de pronósticos, sino de nuestra actividad.

11. En esta coyuntura, ¿cuánto tiempo necesitará el proletariado británico para romper sus vínculos con los tres partidos burgueses? Es muy posible que, con una política correcta, el Partido Comunista crezca proporcionalmente a la bancarrota y desintegración de los demás partidos. Nuestro objetivo y nuestro deber es concretar esta posibilidad.

Conclusiones: esto es suficiente para explicar por qué es totalmente erróneo plantear que en Inglaterra él conflicto político se da entre la democracia y el fascis­mo. La era fascista comienza en serio después de una victoria importante y temporalmente decisiva de la bur­guesía sobre la clase obrera. Pero en Inglaterra las grandes luchas todavía no se libraron. Como ya seña­larnos refiriéndonos a otro tema, el próximo capítulo político de Inglaterra, después de la caída del gobierno nacional y del conservador que probablemente lo suce­da, será posiblemente liberal-laborista, que en un futu­ro próximo puede resultar más peligroso que el espec­tro del fascismo. Condicionalmente llamamos a esa eta­pa kerenskismo británico.

Pero hay que añadir que no necesariamente en toda etapa y en todos los países el kerenskismo será tan dé­bil como lo fue el ruso, que era débil porque el Partido Bolchevique era fuerte. Por ejemplo, en España el kerenskismo -la coalición de liberales y "socialis­tas"- no es de ninguna manera tan débil como lo fue en Rusia, y ello se debe a la debilidad del Partido Co­munista. El kerenskismo combina la fraseología refor­mista, "revolucionaria", "democrática", "socialista" y las reformas sociales democráticas de secundaria im­portancia con la represión al ala izquierda de la clase obrera.

Es un método opuesto al del fascismo, pero sirve a los mismos fines. La derrota del futuro lloydgeorgis­mo sólo será posible si sabemos prever su llegada, si no nos dejamos hipnotizar por el espectro del fascismo, que hoy es un peligro mucho más lejano que Lloyd George y su herramienta del futuro, el Partido Laboris­ta. Mañana el peligro puede ser el partido reformista, el bloque de liberales y socialistas; el peligro fascista todavía está muy lejos. Nuestra lucha por eliminar la etapa fascista y por eliminar o reducir la etapa reformista es la lucha por ganar a la clase obrera para el Par­tido Comunista.


1] ¿Qué es una situación revolucionaria? The Militant, 19 de diciembre de 1931. Estas breves notas fueron preparadas por Trotsky después de una dis­cusión con Albert Glotzer acerca del proyecto de tesis de F.A. Ridley y Chandu Ram que critica en Tareas de la Oposición de Izquierda en Gran Bretaña y la India.

17 de noviembre de 1931



martes, 15 de diciembre de 2009

I. UNA DISCUSIÓN NECESARIA CON NUESTROS CAMARADAS SINDICALISTAS


Este artículo fue escrito como respuesta al camarada Louzon1, inmediatamente después del Cuarto Congreso Mundial de la Internacional Comunista2 Pero en ese momento se prestaba más atención a la lucha contra la derecha socialista, contra la última tanda de disidentes, Verfeuil, Frossard, etcétera3. En esta lucha uníamos nuestros esfuerzos, y lo seguimos haciendo, a los de los sindicalistas, y yo preferí posponer la publicación de este artículo. Estamos firmemente convencidos de que nos seguiremos entendiendo perfectamente con los sindicalistas revolucionarios. La entrada de nuestro viejo amigo Monatte4 al Partido Comunista para nosotros supuso una gran alegría. La revolución necesita hombres como él. Pero sería un error compensar un rapprochement con una confusión de ideas. En el curso de los últimos meses el Partido Comunista Francés se ha depurado y consolidado; por lo tanto, podemos entrar ahora en una discusión tranquila y fraternal con nuestros camaradas sindicalistas, a cuyo lado tenemos muchas tareas que cumplir y muchas batallas que ganar.




El camarada Louzon, en una serie de artículos y explicaciones personales, expuso, respecto a la cuestión fundamental de las relaciones entre el partido y los sindicatos, posiciones que difieren radicalmente de las de la Internacional y del marxismo.



Los camaradas franceses, cuya opinión acostumbro respetar, sienten una gran estima por el camarada Louzon y a su devoción hacia el proletariado. Por esa razón, es más necesario aún corregir los errores que cometió en una cuestión tan importante.

El camarada Louzon defiende la independencia total e incondicional de los sindicatos. ¿Contra qué? Obviamente contra ciertos ataques. ¿De quiénes? Contra los ataques atribuidos al partido. La independencia de los sindicatos, una necesidad indiscutible, para él adquiere un significado absoluto y casi místico. Y nuestro camarada apela, equivocadamente, a Marx.

Los sindicatos, dice Louzon, representan a “toda la clase obrera”. El partido, en cambio, no es más que un partido. Ni siquiera se los puede equiparar. “La clase obrera tiene su fin en sí misma”. En cambio el partido solamente puede servir a la clase obrera o subordinarse a ella. Así que el partido no puede “anexarse” a la clase obrera. El hecho de que hasta el último Congreso de Moscú la Internacional Comunista estuviera representada en la Internacional Sindical Roja5, y viceversa, para Louzon, significaba la verdadera equiparación de la clase y el partido. Ahora, una vez eliminada esta representación, el partido reasume su rol de sirviente, y el camarada Louzon lo aprueba. Para él, ésta también era la posición de Marx. El que las internacionales política y sindical ya no estén representadas una en la otra, para Louzon significa el rechazo a los errores de Lassalle (!)6 y de los socialdemócratas (!) y un retomo a los principios del marxismo.

Esta es la esencia de un artículo aparecido en Vie Ouvriére7 del 7 al 15 de diciembre. Lo más llamativo de este y otros artículos similares, es que el autor cierra obvia, consciente y decididamente los ojos ante lo que ocurre realmente en Francia.

Se podría suponer que el artículo fue escrito en la estrella Sirio. ¿De qué otro modo se puede comprender la afirmación de que los sindicatos representan a “toda la clase obrera”? ¿de qué país está hablando? Si se refiere a Francia, por lo que sabemos, allí los sindicatos no incluyen, desgraciadamente, ni a la mitad de la clase obrera. Las maniobras criminales de los sindicalistas reformistas, apoyados desde la izquierda por algunos anarquistas, han roto la organización sindical francesa. Ninguna de las confederaciones sindicales abarca más de 300.000 obreros. Ni por separado ni juntas, se pueden identificar con todo el proletariado francés, del cual solamente constituyen una modesta porción. Es más, cada sindicato persigue una política distinta. La confederación sindical reformista [Confédération Générale du Travail (CGT)] coopera con la burguesía; la Confederación General del Trabajo Unitaria [Confédération Générale du Travail Unitaire (CGTU)] es, por suerte, revolucionaria. Y en esta última organización, Louzon no representa más que una tendencia. ¿Qué quiere decir entonces cuando afirma que la clase obrera, a la que identifica obviamente con la organización sindical, tiene un fin en sí misma? ¿con ayuda de quién y cómo expresa la clase obrera francesa sus reivindicaciones?¿con la ayuda de la organización de Jouhaux?8

Por cierto que no. ¿Con la ayuda de la CGTU? La CGTU le ha prestado grandes servicios, pero desgraciadamente todavía no es toda la clase obrera. Finalmente, para no omitir nada, no hace mucho la CGTU estaba dirigida por los anarco-sindicalistas del

“Pacto”9. Actualmente sus dirigentes son sindicalistas comunistas. ¿En cuál de estos dos períodos la CGTU representó mejor los intereses de la clase obrera? ¿Quién puede juzgarlo?

Si intentáramos contestar esa pregunta ahora, valiéndonos de la experiencia internacional de nuestro partido, cometeríamos, para Louzon, un pecado mortal, porque estaríamos pretendiendo que el partido juzgue qué política es más beneficiosa para la clase obrera. Es decir, colocamos al partido por encima de la clase obrera. Pero si quisiéramos dirigirnos a toda la clase obrera, desgraciadamente la encontraríamos dividida, impotente, muda.

Los distintos sectores de la clase, organizados en diferentes confederaciones, en diferentes grupos dentro del mismo sindicato, nos darán respuestas diversas. Pero la abrumadora mayoría del proletariado, que sigue fuera de ambas confederaciones, no nos dará actualmente ninguna respuesta.



No hay ningún país en que la organización sindical abarque a toda la clase obrera, pero en algunos comprende al menos un vasto sector. No es éste el caso de Francia. Si, como plantea Louzon, el partido no debe “anexarse” la clase obrera (¿qué se supone que

quiera decir realmente este término?), ¿por qué razón le otorga entonces el camarada Louzon este derecho al sindicalismo? Podría contestarnos: “Nuestra organización sindical es todavía muy débil.



Pero no tenemos dudas sobre su futuro y su victoria final”. A eso le contestaríamos: “Es cierto, nosotros también compartimos esta convicción. Pero no tenemos dudas de que el partido ganará la confianza incondicional de la gran mayoría de la clase trabajadora”.



No se trata, para el partido ni para los sindicatos, de “anexarse” el proletariado (está muy mal de parte de Louzon el emplear la terminología que utilizan nuestros opositores en su lucha contra la revolución), sino de ganarse la confianza del proletariado. Y esto solamente puede lograrse mediante tácticas correctas, probadas por la experiencia. ¿Quiénes preparan consciente, cuidadosa y críticamente estas tácticas? ¿Quién se las propone a la clase obrera?



Seguramente no caen del cielo. Y el conjunto de la clase obrera, como “cosa en sí”, tampoco nos enseña esas tácticas. Nos parece que el camarada Louzon no ha pensado en esto. “El proletariado tiene su fin en sí mismo”. Si despojamos esta frase de sus arreos místicos, su significado obvio es que las tareas históricas del proletariado están determinadas por su ubicación social como clase y por su papel en la producción, en la sociedad y en el Estado. Esto está totalmente fuera de duda. Pero esta verdad no nos ayuda a resolver el problema que nos preocupa, es decir: ¿Cómo llegará el proletariado a la comprensión subjetiva de la tarea histórica que le plantea su situación objetiva? Si el proletariado como clase fuera capaz de comprender inmediatamente su tarea histórica no serían necesarios ni el partido ni los sindicatos.



La revolución habría nacido simultáneamente con el proletariado. Por el contrario, el proceso mediante el cual el proletariado comprende su misión histórica es largo y penoso, y está plagado de contradicciones internas. Solamente a través de prolongadas luchas, de duras pruebas, de muchas vacilaciones y de una amplia experiencia, los mejores elementos de la clase obrera de la vanguardia de las masas alcanzan esa comprensión. Esto se aplica tanto al partido como a los sindicatos. También los sindicatos comienzan como un pequeño grupo de obreros activos y crecen gradualmente, a medida que su experiencia les permite ganar la confianza de las masas Pero mientras las organizaciones revolucionarias luchan para ganar influencia sobre la clase obrera, los ideólogos burgueses contraponen a “la totalidad de la clase obrera” no sólo con el partido de la clase obrera sino también con sus organizaciones sindicales, a las que acusan de querer “anexársela”. Le Temps10 lo dice cuando hay una huelga. En otras palabras, los ideólogos burgueses contraponen a la clase obrera como objeto con la clase obrera como sujeto consciente. Porque es solamente a través de su minoría con conciencia de clase que la clase obrera se convierte en factor histórico. Vemos entonces que las críticas planteadas por el camarada Louzon hacia las “pretensiones injustificadas del partido” se pueden aplicar igualmente a las “pretensiones injustificadas” de los sindicatos. Sobre todo en Francia, ya que el sindicalismo francés –debemos repetirlo– ha sido y es, organizativa y teóricamente, igual que un partido. Así fue que llegó, durante su período clásico (1905-1907), a la teoría de la “minoría activa”, y no a la del “proletariado colectivo”. ¿Y qué es una minoría activa, ligada por la unidad de sus ideas, sino un partido? Por otra parte una organización sindical masiva que no contuviera una minoría activa con conciencia de clase, ¿no sería una organización sin sentido y puramente formal?

Que el sindicalismo francés era un partido quedó totalmente confirmado con la ruptura que sufrió tan pronto aparecieron divergencias políticas en sus filas. Pero el partido del sindicalismo revolucionario siente la misma aversión que toda la clase obrera francesa por los obreros como tales. Por lo tanto no asumió el nombre de partido y se mantiene incompleto en cuanto a organización. Es un partido que intentó diluir a sus miembros en la asociación sindical, o al menos cobijarse en los sindicatos.

Se explica entonces la subordinación real de los sindicatos a ciertas tendencias, fracciones y hasta camarillas. También se explica el “Pacto”, caricatura masónica de partido en el seno de la organización sindical. Y viceversa: la Internacional Comunista ha combatido firmemente la división del movimiento sindical francés, es decir su conversión en partidos sindicalistas. La consideración principal del Partido Comunista ha sido la tarea histórica de la totalidad de la clase obrera, y la enorme importancia que como tal tiene la organización sindical en la resolución de las tareas del proletariado. En este aspecto ha defendido, desde el principio, en el espíritu del marxismo, la independencia real y viva de los sindicatos.

El sindicalismo revolucionario, que fue en muchos aspectos el precursor del comunismo actual en Francia, ha adoptado la teoría de la minoría activa, es decir del partido, pero sin convertirse abiertamente en un partido. De esta forma ha impedido que los sindicatos se transformaran en una organización de la totalidad de la clase obrera (lo que no es posible en un sistema capitalista) o al menos de amplias masas.

Los comunistas no le temen a la palabra “partido”, porque su partido no tiene ni tendrá nada en común con los otros partidos.



Su partido no es uno de los partidos políticos del sistema burgués, es la minoría activa y con conciencia de clase del proletariado, su vanguardia revolucionaria. Por lo tanto los comunistas no tienen ninguna razón, ni ideológica ni organizativa, para esconderse tras los sindicatos. No los utilizan para maquinaciones de trastienda. No los rompen cuando están en minoría. No perturban de ningún modo el desarrollo independiente de los sindicatos y apoyan sus luchas con todas sus fuerzas. Pero al mismo tiempo el Partido Comunista se reserva el derecho a expresar sus opiniones sobre todos los problemas del movimiento obrero, incluso sobre los sindicales, de criticar las tácticas de los sindicatos y de hacerles propuestas concretas que aquellos, por su parte, son libres de aceptar o rechazar. El partido trata de ganar la confianza de la clase obrera y, sobre todo, del sector organizado en los sindicatos.



¿Qué significan las citas de Marx a las que hace referencia el camarada Louzon? Es cierto que Marx escribió en 1868 que el partido obrero saldría de los sindicatos. Cuando escribía esto pensaba principalmente en Inglaterra, que era el único país capitalista desarrollado que ya tenía grandes organizaciones obreras. Desde entonces ha pasado medio siglo. La experiencia histórica confirmó las profecías de Marx en lo que respecta a Inglaterra. El Partido Laborista inglés se construyó realmente sobre la base de los sindicatos. ¿Pero cree el camarada Louzon que al Partido Laborista inglés actual, con la dirección de Henderson y Clynes, se lo puede considerar auténticamente representativo de los intereses de la totalidad del proletariado?



Decididamente, no. El Partido Laborista traiciona la causa del proletariado en Gran Bretaña, del mismo modo que lo hace la burocracia sindical, si bien en Inglaterra los sindicatos están más cerca de representar al conjunto de la clase obrera que en cualquier otra parte. Por otro lado, no debemos tener ninguna duda de que nuestra influencia comunista crecerá en este

Partido Laborista inglés surgido de los sindicatos, y que esto contribuirá a agudizar las luchas entre las masas y sus dirigentes dentro de los sindicatos, hasta que los burócratas traidores sean expulsados y el Partido Laborista transformado y regenerado totalmente. Y nosotros, como el camarada Louzon, pertenecemos a una Internacional a la que se ha adherido el



Partido Comunista inglés, y que combate a la Segunda Internacional a la que apoya el Partido Laborista inglés, que tuvo su origen en los sindicatos.



En Rusia –y con relación a las leyes de desarrollo capitalista Rusia está en las antípodas de Gran Bretaña– el Partido Comunista, que originariamente fue el Partido Socialdemócrata, es anterior a los sindicatos y los creó. Los sindicatos y el Estado obrero de Rusia están hoy en día totalmente bajo la influencia del Partido Comunista, que no tuvo de ningún modo su origen en los sindicatos sino que por el contrario, los creó y preparó. ¿Diría el camarada Louzon que la evolución de Rusia entra en contradicción con el marxismo? ¿No es más sencillo decir, que el planteamiento de Marx sobre el origen del partido en los sindicatos, se ha reafirmado por la experiencia en Inglaterra, y que ni siquiera allí en un ciento por ciento, pero que Marx nunca tuvo la más mínima intención de sentar una ley que él mismo llamara una vez, desdeñosamente, “suprahistórica”? Los demás países de Europa incluida Francia, se encuentran, en este aspecto, entre Rusia y Gran Bretaña. En algunos países los sindicatos son anteriores al partido, en otros se dio el caso contrario. Pero en ningún caso, salvo en Inglaterra y parcialmente en Bélgica, el partido del proletariado surgió de los sindicatos. Pero, como de los sindicatos no ha surgido ningún partido comunista orgánico, ¿debemos sacar la conclusión de que toda la Internacional Comunista ha tenido un nacimiento ilegítimo?



Cuando los sindicatos ingleses apoyaban alternativamente a los conservadores y a los liberales y en cierta medida eran un apéndice sindical de esos partidos, cuando la organización política de los obreros alemanes no era más que el ala izquierda del partido democrático, cuando los seguidores de Lassalle y Eisenach11 se peleaban entre sí; entonces Marx reclamaba la independencia de los sindicatos de todo partido. Esta fórmula estaba dictada por el deseo de contraponer las organizaciones obreras a todos los partidos burgueses y de impedir que se ligaran demasiado estrechamente a las sectas socialistas. Pero el camarada Louzon se olvida de que el mismo Marx fundó la Primera Internacional, cuyo objetivo era guiar en todos los sentidos al movimiento obrero de todos los países y hacerlo fructífero. Fue en l864, y la Internacional creada por Marx era un partido. Marx no quiso esperar a que el partido internacional de la clase obrera se formara sólo y de cualquier forma y al margen de los sindicatos. Hizo todo lo que pudo, para fortalecer dentro de los sindicatos la influencia de las ideas del socialismo científico, las que aparecieron por vez primera en 1847 en el Manifiesto Comunista. Cuando Marx reclamaba la total independencia de los sindicatos de todos los partidos y sectas existentes, es decir de todos los partidos y sectas burguesas y pequeñoburguesas, lo hacía con el objeto de facilitar al socialismo científico su predominio en los sindicatos. Marx nunca consideró al partido del socialismo científico uno más de los tantos partidos políticos existentes (parlamentarios, democráticos, etcétera). Para Marx, la Internacional era la clase obrera consciente, representada en ese momento por una vanguardia aún muy pequeña.



Si el camarada Louzon fuera consecuente con su metafísica sindical y su interpretación de Marx, diría: “Renunciemos al Partido Comunista y esperemos a que se forme a partir de los sindicatos”. En realidad la única posibilidad de que los actuales sindicatos franceses recuperen su unidad y conquisten una influencia mayoritaria sobre las masas, reside en que sus mejores elementos se organicen como vanguardia revolucionaria consciente del proletariado, es decir en un Partido Comunista. Marx no dio ninguna respuesta definitiva al problema de las relaciones entre el partido y los sindicatos, tampoco podía hacerlo. Estas relaciones dependen de circunstancias que varían en cada caso. Si el partido y la confederación sindical tienen una representación mutua en sus Comités Centrales, o si forman comités de acción conjunta cuando es necesario, no tiene mayor importancia. Pueden cambiar las formas organizativas, pero el papel fundamental del partido sigue constante. El Partido para merecer ese nombre, debe incluir a toda la vanguardia de la clase obrera y usar su influencia ideológica para que puedan fructificar todas las manifestaciones del movimiento obrero, especialmente el movimiento sindical. Pero para que las organizaciones sindicales merezcan ese nombre deben abarcar a una masa creciente de obreros, y entre ellos a muchos elementos atrasados. Sólo cumplirán su misión si se guían conscientemente por principios firmemente establecidos, y sólo la pueden cumplir si sus mejores elementos se encuentran unidos en el partido de la revolución proletaria.



La reciente depuración del Partido Comunista Francés, que por un lado se libró de pequeños burgueses llorosos, héroes de salón, Hamlets políticos y trepadores repugnantes, y por el otro produjo el rapprochement de los comunistas y los sindicalistas revolucionarios, significa un gran avance para la creación de relaciones adecuadas entre las organizaciones sindicales y la organización política, lo que a su vez es un gran paso adelante hacia la revolución.

23 de marzo de 1923.

A LOS TRABAJADORES ACADÉMICOS DEL COLEGIO DE BACHILLERES

Los trabajadores académicos del Colegio de Bachilleres afiliados y no afiliados al Sindicato nos hemos reunido y conformado en una RED DE PROFESORES de distintos planteles nos dirigimos a ustedes para expresarles lo siguiente:

1. Esta RED prácticamente se empieza a integrar a partir del último Congreso del SINTCB llevado a cabo los primeros días del mes de Septiembre.

2. En virtud de que en el Congreso hubo poco tiempo para la discusión y análisis de la problemática académica se acordó llevar a cabo un “Foro Académico” que se realizó los días 22 y 23 de septiembre. En este Foro se llegaron a una serie de acuerdos, destacando fundamentalmente los siguientes:

a) RECHAZO TOTAL A LA RIEMS, A LA NUEVA CURRICULA Y AL SISTEMA DE COMPETENCIAS POR LAS SIGUIENTES RAZONES.

- Violaciones al CCT.

- Cambio del modelo psicopedagógico del Colegio, y

- A su carácter antidemocrático y vertical

b) RECHAZO AL ANTEPROYECTO DEL ESTATUTO DEL PERSONAL ACADÉMICO Y A CUALQUIER OTRO TIPO DE REGLAMENTO QUE VIOLE AL CCT Y LA BILATERALIDAD EN LA TOMA DE DECISIONES EN EL ASPECTO LABORAL QUE NOS CONFIERE EL ART. 123 CONSTITUCIONAL Y EL APARTADO “A” DE LA LEY FEDERAL DEL TRABAJO.


c) RECHAZO A LA FLEXIBILIDAD Y POLIVALENCIA DEL PERSONAL ACADÉMICO QUE CONLLEVE CONSIGO CAMBIOS DE PERFIL, FUNCIONES, HORARIO, ASIGNACIÓN DE GRUPOS, ETC.

d) RESPETO AL CONVENIO DEL 24 DE NOVIEMBRE DEL 2007, CLÁUSULAS 4 Y 7. LA APLICACIÓN DEL RECURSO DE 224 MILLONES DE PESOS (POR EL PROGRAMA “PESO A PESO”) DIRECTO AL SALARIO COMO NIVELACIÓN SALARIAL.

3. Durante la huelga, por mandato del CGH se constituyó una COMISIÓN ACADÉMICA que retomando los acuerdos del Foro elaboró un documento más amplio que se presentó el 16 de Noviembre y el cual fue aprobado por unanimidad de todas las secciones y el pleno del CGH y se presentó el día 28 de noviembre como propuesta del sindicato a las autoridades para la negociación.

4. Sin embargo, en la madrugada del 1 de Diciembre cuando se elaboró el acta del levantamiento de la huelga la asesora jurídica, el Secretario General Romualdo Escudero Carrillo firmaron junto con el Secretario de Organización Académica Ricardo Macedo y dos miembros más del Comité Ejecutivo del SINTCB dicha acta a espaldas del CGH en la que se acepta tácitamente la RIEMS y la propuesta de la autoridad relativa a las tutorías (cláusula 2) y la imposición del “Estatuto del Personal Académico” con la aceptación de formar una “Comisión Mixta Académica de Vigilancia de los Derechos Laborales del Personal Académico” (cláusula 3). Además que el convenio de levantamiento de huelga, nunca fue leído y aprobado por el pleno del CGH.

Al término de la huelga hemos percibido de manera muy clara el descontento y molestia de múltiples maestros al declarar que no se ganó nada, sobre todo el bono de $5000, los vales de $8450 y el ajuste del calendario escolar, entre otras cosas.

Cabe aclarar que desde un principio las autoridades sólo ofrecieron este bono para administrativos, ya que argumentaron que de los $112 millones que correspondían a todos los trabajadores por concepto de nivelación salarial, no quedó ni un sólo peso. Los $16 millones que serían para administrativos en forma de pago único o bono por $5000 fueron dados por la SEP, pues a los maestros “ya se nos había premiado” (?) con la RIEMS y las 14 500 horas de nueva creación (sic).

Con respecto a los vales, el Colegio argumenta que no nos tocan y en cambio se dará un cheque por 20 días de salario, siempre y cuando no rebasen los $8500.

Precisamos, entonces: los maestros agrupados en la RED ACADÉMICA siempre mantuvimos la exigencia de que se resolvieran las demandas académicas del emplazamiento a huelga y dimos una lucha constante en el CGH ante las posturas excluyentes y claudicantes de un sector del CGH que finalmente aceptó lo que la autoridad le marcó.

Por nuestra parte, queremos dejar claro QUE NO ES RESPONSABILIDAD DE LOS MAESTROS DE LA RED EL HABER ACEPTADO EL CONVENIO DE LEVANTAMIENTO DE LA HUELGA Y PRÁCTICAMENTE HABER CLAUDICADO ANTE LAS AUTORIDADES DEL COLEGIO DE BACHILLERES. POR EL CONTRARIO, SEGUIREMOS EN LA LUCHA POR LA DEFENSA IRRESTRICTA DE LOS DERECHOS LABORALES Y ACADÉMICOS DE LOS PROFESORES DEL COLEGIO DE BACHILLERES.



¡RECHAZO TOTAL A LA RIEMS Y A LA NUEVA CURRÍCULA!

¡POR UNA EDUCACIÓN CRÍTICA, CIENTÍFICA Y HUMANISTA!

¡PREPARÉMONOS TODOS PARA LA REVISIÓN SALARIAL DE FEBRERO!





FRATERNALMENTE

RED DE TRABAJADORES ACADÉMICOS DEL SINTCB

(PLANTELES 1, 2, 3, 4, 5, 6, 7, 8, 9, 10, 12, 15, 20 Y DIRECCIÓN GENERAL)

Diciembre de 2009

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