x Jesús Valdez
“En donde quiera que haya movimiento, en donde quiera que haya vida, en
donde quiera que se lleve a efecto algo en el mundo práctico, la dialéctica
estará presente, y funcionando. Es el alma de todo conocimiento verdaderamente
científico” Hegel. Ciencia de la Lógica, párrafo 81.
“Brevemente, la dialéctica puede definirse como la doctrina de la
unidad de los contrarios. Es así como se capta el meollo de la dialéctica, pero
eso requiere explicación y desarrollo”. Lenin. Apuntes sobre la Ciencia de la Lógica.
Hegel define a la lógica como una
ciencia del pensamiento, la cual tiene su momento dialéctico, de cambio, de
conversión en su contrario, de negatividad. Engels explicaba en su texto
inconcluso "dialéctica de la naturaleza" que a partir de la suma de cambios cualitativos, devienen los cualitativos, el punto de quiebre es conocido en términos hegelianos como "negatividad absoluta". Tanto Engels como Hegel explican que cada unidad se
compone de una dualidad, de su polaridad, esto se conoce popularmente como
“unidad y lucha de contrarios”, dicho de otro modo, cada objeto de estudio que abordemos, lleva implícita su propia negación. Como hemos visto, en nuestros “apuntes sobre filosofía y dialéctica", Hegel explica que todo conocimiento es traído de la
experiencia, y que la dialéctica se ha compuesto de las ciencias empíricas, que a su vez, "no se contentan con el simple percibir de los hechos singulares".
Alan Woods y Ted Grant, explican en su obra "razón y revolución",
que cuando el conocimiento es abstraído, traído desde la realidad (del latín “absrtrahere” –traer de-), este tiene su concreción material en alguna parte de nuestro cerebro, por ejemplo en nuestras neuronas. En este sentido, ni Freud ni Hegel se ocupan de tal cuestión biológica
materialista, sino de lo que sucede en la interacción de estas neuronas, de las
ideas, los pensamientos que resultan de dicha interacción. Cabe recordar que Freud fue médico y
trabajó con reconocidos neurólogos antes de comenzar a desarrollar sus teorías sobre la psique humana. Hegel por su parte, explica que una idea tiene su propia negación interna,
su opuesto, que el choque de estos contrarios, de la cual deviene su "negatividad absoluta" y los "nuevos comienzos". Es lo que en la academia se conoce como “tesis-antítesis-síntesis”, “resumiendo” de la forma más tosca y grosera la filosofía de hegel,
sobre cuando se quiere hacer de la
dialéctica hegeliana una definición de libro Larousse.
Engels define la dialéctica como
“la ciencia de las leyes del movimiento y la evolución de la naturaleza, la
sociedad humana y el pensamiento” en sus obras “Anti-Düring” y “Dialéctica de
la naturaleza”; resumiéndola en tres fundamentales (Unidad y lucha de
contrarios, negación de la negación, ley de la transformación de la cantidad en
calidad). Aunque Lenin en sus apuntes sobre la ciencia de la lógica enumera 16
leyes elementos (objetividad, interrelación, desarrollo, tendencias, unidad de
contrarios, lucha –incluidas las contradicciones y los impulsos-, la unidad de
síntesis y análisis, suma, totalidad, lo singular y lo universal, cada final
del todo, transiciones, nuevos lados, la apariencia creciente, la esencia, la
causalidad y universalidad, contenido y forma, negación de la negación); solo
para resumir la totalidad al final simplemente como la doctrina de la unidad de
los contrarios. Para Raya Dunayevskaya, la dialéctica no se puede definir como
una sola cosa, “o como 16 cosas, es decir, son todas las cosas y más, pero el
elemento que se distingue por haber sacado contacto con el presente puede ser
probado solamente en la vida. Finalmente si miramos desde la metodología
Hegeliana, se va de lo Universal a lo Particular y a lo Individual (U-P-I) y
viceversa, no como vulgarmente se dice, de lo particular a lo general y
viceversa. Si excluimos la idea de Dios cuando Hegel se refiere al absoluto, y
vemos el absoluto como la realidad, como el todo; entonces podríamos decir que
el absoluto hegeliano está en la realidad y no en la ficción. Que sus múltiples
determinaciones están fijadas en particulares, individuales, concreciones con
sus relaciones recíprocas, esta es la ontología cerrada de Hegel que tanto
critican los idealistas que se quieren hacer pasar por materialistas
dialécticos. Es la búsqueda del ser humano por un conocimiento que le es
asequible en la inmediatez de manera fragmentaria a través de la experiencia.
Por ello Hegel afirma que la realidad es concreta, pero si nos quedamos en esa
concreción como un fragmento del todo, entonces caeríamos en la abstracción, lo
que Hegel llama peyorativamente abstracción como algo incompleto.
Engels explica que si bien en la
unidad existe la contradicción, la negación de la polaridad devendría en un
cambio cualitativo o de calidad, este a su vez será un cambio cuantitativo,
así, la suma de cambios cualitativos se convierte en una suma de cambios
cuantitativos, que a su vez dan lugar a un nuevo comienzo, a un nuevo cambio
cualitativo. La tabla periódica de Mendeleiev es el más claro ejemplo de lo
sostenido por Engels en sus explicaciones químicas, Trotsky explica en uno de
sus discursos de conmemoración del químico ruso Dimitri Mendeleiev, que aunque
él creía que la sociedad mejoraría a través de la implementación de los cambios
científicos (ojo, Mendeleiev no creía en la lucha de clases, la repudiaba y en
tanto él creía en los cambios científicos y culturales), la calidad de vida de
la gente mejoraría, esto es una utopía pacifista dentro del capitalismo como lo
explicaba Rosa Luxemburgo en su debate con los socialdemócratas
pacifistas-reformistas. La tabla periódica de Mendeleiev, ordena los elementos
a partir de su peso atómico y les asigna un número, encontrando vacíos que
todavía no eran descubiertos y calculando su peso atómico (hoy conocido como
masa atómica: número de protones, neutrones, nucleones, etcétera). Así conforme
hay adición de materia y movimiento, hay cambios de calidad, el nuevo comienzo
aquí es el nuevo elemento no conocido antes por nosotros, o al menos no
conceptualizado. Más tarde, Albert Einstein confirmaría las conclusiones de
Engels:
“Toda la naturaleza que nos es accesible forma un sistema, una
totalidad de cuerpos interrelacionados, y por cuerpos entendemos aquí todas las
existencias materiales que van desde las estrellas hasta los átomos… En el
hecho de que estos cuerpos se encuentren relacionados entre sí ya se incluye el
de que reaccionan los unos sobre los otros, y precisamente esa reacción mutua
constituye el movimiento. Aquí ya resulta evidente que la materia es impensable
sin movimiento. Y sí, además, la materia nos enfrenta como algo dado, tan
increable como indestructible, se sigue de ello que el movimiento también es
increable e indestructible. Se hizo imposible rechazar esta conclusión en cuanto se reconoció que el universo es un
sistema, una interconexión de cuerpos. Dialéctica de la naturaleza, formas
fundamentales de movimiento.
Energía (E) es igual (=) a masa
(m) (cantidad de materia en un cuerpo) por la velocidad de la luz(c) (movimiento)
al cuadrado (cc). Si despejamos la masa (materia),
tenemos: m= E/cc. Materia, es equivalente a la
energía entre la velocidad de la luz al cuadrado.
Tiempo, espacio y movimiento son
inseparables, uno mismo, distintas formas de materia, pero al fin uno mismo.
Otra crítica de Hegel en su
“Enciclopedia de las ciencias filosóficas”, como de Engels en su Dialéctica de
la naturaleza, es el concepto de fuerza, pues Engels explica que la teoría
newtoniana del primer impulso, deja abierto el paso a la divinidad, por el
contrario, sostiene que esto no es más que la interacción entre dos, o más
cuerpos, cosa que también sucede con la mecánica celeste (movimiento rotatorio
de atracción – repulsión y relaciones gravitacionales con el Sol, mientras que
el sistema solar también ejerce su acción recíproca con otros sistemas solares,
que a su vez son parte de una espiral galáctica que tiene como centro un hoyo
negro (concentrado de materia que por su fuerza gravitacional absorbe hasta la
luz). A su vez, las galaxias también ejercen acción recíproca gravitatoria y
también presentan el movimiento de atracción y repulsión. En este sentido
contradigo a Einstein: “Dios no juega a los dados”, porque Dios no existe.
Alguna vez Napoleón Bonaparte a la vez que halagaba el trabajo de Laplace, le
preguntaba a este por qué no hablaba de Dios en su teoría, este le contestó:
“No conozco esa hipótesis”.
“Todo
movimiento consiste en el juego alternativo de atracción y repulsión. Pero el
movimiento sólo puede darse cuando cada atracción singular se ve compensada por
la correspondiente repulsión en otro lugar distinto. De otro modo, uno de los
lados acabaría predominando con el tiempo sobre el otro, con lo que el movimiento
cesaría, a la postre. Eso quiere decir que todas las atracciones y todas las
repulsiones se compensan mutuamente en el universo. Por consiguiente, la ley de
la indestructibilidad y la increabilidad del movimiento cobra, así, la
expresión de que todo movimiento de atracción en el universo se ve
complementado por un equivalente movimiento de repulsión, y viceversa; o, como
lo expresaba la filosofía antigua -mucho antes de que las ciencias naturales
formulasen la ley de la conservación de la fuerza o de la energía-, de que la
suma de todas las atracciones operadas en el universo es igual a la suma de
todas las repulsiones. F. Engels, Dialéctica de la naturaleza
Lo antes señalado de cuantitativo
y cualitativo también aplica a la física nuclear, por poner un ejemplo, cuatro
átomos de Hidrógeno elevados a miles de grados Celcius que colisionan y
fusionan su núcleo, forman el nuevo comienzo, un átomo de Helio; esta es una de
las reacciones termonucleares. Así vemos que la adición de movimiento y materia
(átomos de hidrógeno) son fenómenos cuantitativos, la fusión de los núcleos da
paso al nuevo orden cualitativo (de calidad): el núcleo de Helio. Pero bueno,
la naturaleza no necesita de los teóricos para operar, pero si es importante
conocerla.
“Las leyes dialécticas son
verdaderas leyes del desarrollo de la naturaleza, y, por lo tanto también
resultan válidas para las ciencias naturales teóricas”
Engels. Dialéctica de la naturaleza, pág. 58, Ed. Grijalbo.
Engels. Dialéctica de la naturaleza, pág. 58, Ed. Grijalbo.
Solo resta mencionar que el por
desgracia recientemente fallecido escritor, filósofo y doctor en física, el
gran y entrañable maestro Ernesto Sábato, respaldó en su libro “Apologías y
rechazos” las críticas de Hegel y Engels a la mecánica newtoniana. Alguien
definió la dialéctica como la filosofía del cambio perpetuo y no se equivocó.
Los marxistas revolucionarios nos basamos en estos conocimientos y en las
pruebas que a lo largo de la historia se han ido comprobando, en las sociedades
las transformaciones son incesantes, aunque para nosotros los desesperados,
estos cambios son muy lentos, pero la conquista de la libertad es una tarea del
presente. Tampoco me es innecesario mencionar que en una reciente lectura de
libros de divulgación científica, se derrumba el pensamiento mecanicista y
positivista del darwinismo social, pues a manera de mofa, se afirma que las
especies que han sido solidarias, han salido victoriosas en la evolución,
mientras que las especies más egoístas, han sido condenadas a la desaparición.
mayo de 2012
- Notas -
* Por una parte, las ciencias empíricas no se contentan con el simple
percibir de los fenómenos singulares, sino que, pensando sobre ellos, elaboran
la materia para suministrarla apta a la filosofía, buscando determinaciones
generales, leyes, y dan así, al contenido de lo particular la preparación para
que pueda ser recibido en la filosofía. Por otra parte, constriñen de este
modo al pensamiento para que proceda él mismo a las determinaciones concretas.
El recibimiento de este contenido, en el cual, por medio del pensamiento, es
superada la persistente inmediatividad, y el mero dato, es a la vez el
desenvolverse del pensamiento de sí mismo. Por
consiguiente, mientras la filosofía debe su desenvolvimiento a las ciencias
empíricas, da a su contenido la forma esencial de la libertad (del a priori)
del pensamiento y la garantía de la necesidad, en lugar de la simple creencia
en el dato y el hecho percibido; de modo que el hecho llega a ser
representación e imagen de la originaria y plenamente independiente actividad
del pensamiento. Hegel. Enciclopedia de
las ciencias filosóficas, parágrafo 12.
El empirismo, por una parte,
tiene comunidad de origen con la metafísica que no posee otro testimonio para
prestar fe a sus definiciones (tanto de sus supuestos como del contenido
especial), sino las representaciones, esto es, el contenido que desde el primer
momento nos ofrece la experiencia. Por otra parte, la percepción singular es
distinta de la experiencia, y el empirismo eleva el contenido de la percepción,
del sentimiento y de la intuición a la forma de representaciones generales,
proposiciones y leyes, etcétera. Esto sucede sólo en el sentido de que las
concepciones generales (por ejemplo la fuerza) no deben tener por sí mismas
significado ni validez que el que resulta de la percepción, y ningún otro nexo
debe considerarse como justamente admitido, sino el nexo que se puede preservar
en la percepción. Por el lado subjetivo, el conocimiento empírico tiene su
firme apoyo en el hecho de que la conciencia posee en la percepción su propia
realidad y certidumbre inmediata (…) La
ilusión fundamental en el empirismo científico consiste siempre en que hace uso
de las categorías metafísicas de materia, fuerza, de unidad, multliplicidad,
universal, y aún infinito, etcétera, y con dichas categorías razona, y de este
modo presupone y aplica las formas del razonamiento, y todo ello sin saber que
admite por este hecho un conocimiento metafísico, lo que equivale a emplear y
ligar estas categorías sin discernimiento crítico y de un modo inconsciente. Enciclopedia
de las Ciencias filosóficas, parágrafo 38.
En la presente
cita, Hegel se refiere a lo suprasensible más allá de lo finito y lo infinito;
pero si tomamos como referencia el absoluto, este será la enmarcación de todos
los aspectos señalados, incluido lo finito, como también lo infinito. Pensamiento
y realidad se deben corresponder, aunque no la podemos conocer a través de las
apariencias, precisamente en eso consiste la ciencia, en descubrir la realidad
detrás de las apariencias. Aunque actualmente se considera que la ciencia
avanza a pasos vertiginosos, sin embargo, en la síntesis de concepto y realidad
del absoluto hegeliano, o de la totalidad de la realidad, avanza de manera muy
lenta, pues en las ciencias empíricas se carece de material para conocer
objetos lejanos fuera del alcance actual de las herramientas científicas, se
puede decir que son aproximaciones sucesivas de pequeñas (aunque grandes saltos
para nosotros los mortales) verdades que se van acercando al conocimiento de la
totalidad de esta realidad, de nuestro universo, de nuestro pensamiento.
Si deja de ser necesaria cualquier filosofía, también dejará de serlo cualquier sistema, aunque sea un sistema natural de filosofía. La comprensión de que la totalidad de los procesos naturales se encuentra en una conexión sistemática mueve a la ciencia a mostrar esa conexión sistemática en todas partes, en el detalle igual que en el conjunto. Pero la correspondiente exposición científica completa de esa conexión, la composición de una reproducción mental exacta del sistema del mundo en que vivimos, nos es imposible y sería imposible para todos los tiempos. Si en algún momento de la evolución de la humanidad se compusiera un tal sistema definitivo y concluso de las conexiones del mundo físico, espiritual e histórico, quedaría con ello cerrado el reino del conocimiento. Federico Engels, La subversión de la ciencia por el señor Düring
Si deja de ser necesaria cualquier filosofía, también dejará de serlo cualquier sistema, aunque sea un sistema natural de filosofía. La comprensión de que la totalidad de los procesos naturales se encuentra en una conexión sistemática mueve a la ciencia a mostrar esa conexión sistemática en todas partes, en el detalle igual que en el conjunto. Pero la correspondiente exposición científica completa de esa conexión, la composición de una reproducción mental exacta del sistema del mundo en que vivimos, nos es imposible y sería imposible para todos los tiempos. Si en algún momento de la evolución de la humanidad se compusiera un tal sistema definitivo y concluso de las conexiones del mundo físico, espiritual e histórico, quedaría con ello cerrado el reino del conocimiento. Federico Engels, La subversión de la ciencia por el señor Düring
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