San Mateo Capulalpam, Oaxaca.
Enclavada en la sierra zapoteca de Oaxaca, San Mateo Calpulalpan se ubica al noreste de la capital; a una distancia aproximada de 72 kilómetros, viajando por la carretera federal Oaxaca-Tuxtepec, con una ligera desviación en la comunidad de Ixtlán de Juárez. Sus orígenes se remontan a la época prehispánica, pues según la memoria que sobrevive en la tradición oral, este pueblo se fundó por migrantes procedentes del valle de Oaxaca a principios del segundo milenio, después de Cristo. Los ancianos cuentan que su nombre se debe a que en esta tierra abundan los capulines y que tal denominación proviene del Náhuatl cuya traducción sería “Tierra del Árbol de Capulín”. Aunque antes se hablaba la lengua zapoteca, en la actualidad sólo algunos ancianos conocen este idioma y los jóvenes parecen nostálgicos por la pérdida de un elemento primordial de su sentido de pertenencia zapoteco. Sin embargo, la comunidad tiene un fuerte arraigo en las tradiciones originarias de los ancestros. Su orgullo histórico reside en un personaje que al lado del Benito Juárez García y Marcos Pérez de Teococuilo, formaron la trilogía serrana para entregarse a la lucha por la causa liberal en el siglo XIX.
Esta comunidad adquirió importancia para los colonizadores a finales del siglo XVIII, ya que en ésta época se descubrieron grandes yacimientos de metales preciosos en su territorio comunal. A partir de entonces a Capulalpam se le identifica como un pueblo minero, a pesar de no haberse visto directamente beneficiado por la extracción de los minerales, más que como proveedor de mano de obra barata a la compañía minera de la Natividad. Transcurrió el tiempo, y durante doscientos años se ha explotado la riqueza que yace en el subsuelo de esta ancestral comunidad. En todo ese tiempo, la gente no se preocupó por las consecuencias de la minería en el medio ambiente y en la salud de la población.
Javier Cosmes Pérez, Presidente del Consejo de Caracterizados, comenta que “la minería tuvo su auge, los trabajadores ganaron fuerza y se afiliaron a la CTM. Aquí hubo tres secciones de sindicatos mineros; la 139 en Xiacuí, la 115 en Natividad y la 138 en Capulalpam. La minería atrajo mano de obra de los pueblos de la región y como resultado de esto se fundó la Natividad; un núcleo poblacional establecido en tierra comunales de Capulalpam de Méndez. Después se fue para abajo la producción minera y desaparecieron los sindicatos”. Al respecto, Francisco García López; un integrante de la Comisión de Investigación sobre la Minería, relata que “a finales de los ochentas del siglo pasado la mina cierra sus operaciones y despide a todos sus trabajadores; la causa fue que se perdió la beta. Pero en 1993 llegó a Capulalpam una empresa estadunidense que se llama Asarco, a realizar unos estudios. Nunca se supo qué pasó con esos estudios y resulta que en el año 2000 aparece una empresa canadiense que se llama Continuum Resources, que se asocia con la empresa minera la Natividad y solicitan permiso para hacer más estudios; ellos habían comprado la información que recogió la empresa anterior. Resulta que la beta que se terminó en la mina de la Natividad se movió y se fue hacia la superficie, entonces descubrieron que hay gran cantidad de oro y plata en esa zona; sus cálculos estiman alrededor de 4.5 gramos por tonelada y su propuesta de trabajo fue la explotación a cielo abierto”.
La asamblea comunitaria rechazó rotundamente ese planteamiento y a partir de entonces salieron a relucir los daños que a lo largo de dos siglos había ocasionado la actividad minera, como por ejemplo la desaparición de manantiales que abastecían de agua a la comunidad. Por tal motivo, Capulalpam interpuso una demanda ante la Profepa, por los daños al medio ambiente originados por la minera, y este organismo detectó afectaciones graves como la contaminación al agua, a la tierra y al aire; impuso una multa de un millón de pesos a la compañía y la clausuró temporalmente, pero la mina siguió trabajando; por eso Capulalpam tuvo que movilizarse. Una de las medidas fue bloquear el monumento a Juárez en la ciudad de Oaxaca, con el propósito de presionar a las autoridades correspondientes para que tomaran cartas en el asunto. También se han hecho foros regionales, estatales, nacionales e internacionales para informar a la sociedad civil sobre la situación que priva en Capulalpam de Méndez, además de solidarizarse con otros pueblos que padecen la misma problemática y así constituir una red de defensa y protección de los recursos naturales.
Punto de acuerdo
El movimiento de rechazo a la explotación minera en Capulalpam ha cosechado un fruto muy importante pero que no deja de mantener en cautela a la población, porque si bien constituye un acto significativo, no concreta la solicitud de que se revoquen las concesiones mineras en la Sierra Norte de Oaxaca; es apenas un indicio de solidaridad por parte de un sector de la clase política mexicana.
El presidente municipal de Capulalpam de Méndez, Néstor Baltazar Hernández Bautista, anunció un punto de acuerdo cuyo aspecto más trascendental es que “la comisión permanente del Congreso de la Unión exhorta al titular de la Secretaría de Economía para que [...] remita a las Cámaras del Congreso de la Unión, un informe sobre las concesiones mineras otorgadas a las empresas Compañía Minera de la Natividad y Anexas,Sundance, Continuum Resources y Fausto Calvo Sumano, en tierras comunales de Capulalpam de Méndez, Oaxaca y a los titulares de la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales y de la Comisión Nacional del Agua; además de un informe sobre el derrumbe de las presas de jales, cuyos deshechos contaminan las aguas del río Capulalpam; así como a la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente con respecto a las investigaciones en un curso a propósito del presente asunto.
Lo anterior es de mucha relevancia ya que representa un logro único en la materia, es resultado de una lucha de casi diez años que ha emprendido la comunidad de Capulalpam de Méndez. Sin embargo, los serranos manifestaron su desconfianza ante la respuesta del legislativo. Al respecto, el antropólogo Jaime Martínez Luna expresó que “no podemos dormirnos en nuestros laureles, no hay que irnos con la finta; lo que se plantea es discurso. Los serranos no estamos dormidos en ninguna dimensión, lo que queremos es respeto, los serranos no nos chupamos el dedo.”. Uno más de los participantes, Eleazar Pérez Cosmes, alcalde de Capulalpam, señala: “los serranos somos gente inteligente, somos gente razonable y nos apegamos al derecho; ¿por qué pues no se apegan al derecho los que vienen a tratar de despojarnos lo que por derecho nos corresponde?”.
Los presidentes municipales de San Juan Chicomezúchitl y Santa Catarina Lachataocoinciden coincidieron en la necesidad de hacer un frente común para luchar por la revocación de las concesiones mineras hechas en sus territorios; ambos afirmaron que sus pueblos rechazan la minería ya que si bien se presume que ella constituye una fuente primordial para el desarrollo de los pueblos, a más de dos siglos de explotación minera no se ha dado un progreso real en las comunidades de la región; siempre han sido las grandes empresas las que generan múltiples ganancias y los pueblos siempre pagan los platos rotos.
Sesión informativa radiofónica
Para seguir difundiendo el punto de acuerdo y para informar a la población sobre las actividades que se están y estarán llevando a cabo en la lucha contra la minería, se realizó en la sala de juntas de Guelatao de Juárez, una sesión informativa el pasado diez de septiembre; la cual fue transmitida en vivo por Estéreo Comunal, una radio comunitaria que existe en la región desde hace varios años
El presidente de Capulalpam mencionó la importancia de la Comunalidad en la lucha que han sostenido los pueblos de la Sierra a lo largo de su historia; citó un movimiento que se dio en los 80′s para recuperar grandes extensiones de bosque que habían sido concesionadas a la Fábrica Papelera de Tuxtepec. De esa manera instó a la gente a hacer consciencia sobre los problemas que implica la explotación minera. Por su parte, el presidente del Comisariado de Capulalpam comentó la situación que se vive en la región con respecto a la contaminación derivada de las actividades mineras: “El río grande es el que está muy contaminado ahorita. Según estudios de la Universidad de Vermont, el agua contiene un alto nivel de plomo y arsénico; esto hace que el vital líquido no sea apto para el consumo humano. También han desaparecido 13 manantiales que suministraban a la comunidad. Otro aspecto importante es que los proyectos mineros van encaminados a la cuenca de la Y, y que es el mayor afluente de nuestra comunidad. Esa es la razón de nuestra lucha en Capulalpam”.
Sergio Hernández Cruz, presidente municipal de Santa Catarina Lachatao, señala que “la minería nos ha dado problemas serios en las actividades productivas y sobre todo efectos en la salud de la población, además de problemáticas en el tejido social, lo cual ha generado una serie de secuelas que afectan el desarrollo de nuestras comunidades. En esta problemática estamos inmersos todos, no es únicamente de Capulalpam o de Lachatao, es de toda nuestra región”. En esta sesión informativa también se contó con la presencia de Pedro Arreortúa Méndez, presidente del Consejo de Vigilancia de Capulalpam de Méndez, quien sostiene que el proyecto que las empresas mineras quieren implementar en Capulalpam es inadmisible: “nosotros nos negamos rotundamente a que se haga la explotación en nuestro territorio; decimos NO a la minería”.
La minera Sundance tiene concesionadas en el territorio de los pueblos mancomunados 6 mil400 hectáreas que son depósito de minerales, localizados en la zona poblada de Lachatao. La empresa prevé un potencial de varios millones de oro que se extraerán a tajo abierto, esto implica un grave deterioro ecológico pues además se utilizará el agua para la separación de los metales. Entre el 2002 y 2009, más de 50 mil concesiones mineras fueron otorgadas en la Sierra Juárez, específicamente en la parte zapoteca y la región mixe. Algunas comunidades afectadas son Ixtlán de Juárez, que tiene casi 5 mil hectáreas concesionadas para explotación, concesiones que empiezan en el 2006 y terminan en el 2056; Capulalpam, cerca de cuatro mil hectáreas; San Juan Tabaa alrededor de 300 hectáreas. Otras comunidades concesionadas sin haber sido consultadas, tal como lo establece el convenio 169 de la Organización Internacional del Trabajo, son, entre otras: San Francisco Cajonos, Xochixtepec, San Miguel Amatlán, Talea de Castro, Tanetze y Solaga. Aparte de la Sundance hay otras empresas que están involucradas, como por ejemplo Continuum Resources, la Compañía Minera de la Natividad y Anexas y el Señor Fausto Calvo Zumano.
En la sesión informativa se recordó a los gobiernos estatal y federal su responsabilidad en el asunto, puesto que la introducción de transnacionales en territorio nacional es un hecho que atenta contra la soberanía del país y del estado, así como también una falta de respeto a la autonomía de los pueblos y comunidades indígenas.
Una reflexión colectiva
En septiembre se realizó una expo sobre la minería, en el marco de la festividad anual que año con año se celebra en la comunidad para rendir culto al Santo Patrón San Mateo Apóstol. Este acontecimiento tuvo como objetivo “hacer una reflexión colectiva acerca de cómo y por qué ha cambiado el medio ambiente de Capulalpam a través de los años”. Los visitantes tuvieron la oportunidad de seguir la situación de la minería a través de fotografías, dibujos, textos testimoniales e históricos y periódicos murales elaborados por niños, jóvenes y comuneros de este pueblo, con la intención de hacer conciencia sobre las consecuencias de la explotación minera y decir a una sola voz: “No a la minería, sí a la vida”.
Las autoridades comunitarias aún tienen planeadas una serie de actividades para que las compañías mineras y el gobierno mexicano reconozcan el reclamo legítimo de la Sierra Juárez. Una de las acciones próximas es el “Primer Foro Regional Informativo sobre Minería y sus Impactos en Comunidades Indígenas Rurales”, cuya pretensión es realizar un intercambio de experiencias entre los pueblos afectados por la minería. Este foro se llevará a cabo el próximo 8 de octubre en la Agencia Municipal de el “El Vergel”, Ejutla de Crespo, Oaxaca.
Capulalpam se declara dispuesta a continuar su lucha por la revocación de las concesiones mineras otorgadas a compañías transnacionales y para ello seguirá movilizándose, pues, como lo manifiesta Néstor Baltazar Hernández Bautista “nosotros sabemos que el sistema mexicano es bastante burocrático, tenemos que gritar una y otra vez para que nos hagan caso. Si supiéramos que las autoridades competentes te hacen caso y actúan como dictan las leyes, esto no sería un tema de tanto ruido. El gobierno oaxaqueño hasta ahorita ha permanecido al margen con el argumento de que eso es de competencia federal. Tenemos que recurrir a diversas formas de presión, a diversas instancias para ganar un poco de atención”.
En Capulalpam aseguran que “es momento de entender que los tiempos han cambiado, ya la naturaleza ha dicho basta y la forma de vida en la región ha cambiado. Si se nos dice que la minería es progreso, nosotros respondemos que no estamos en contra del desarrollo, lo que planteamos es que se exploren otras alternativas de crecimiento económico comunitario”.
La lucha de esta comunidad tiene muchas cosas que enfrentar pues están en juego intereses muy poderosos; pero habría que entender, tal como lo señala la declaración de los pueblos serranos zapotecos y chinantecos de la Sierra Norte de Oaxaca, emitida el 13 de febrero de 1994, con motivo de la insurrección zapatista: “nuestra región se ha comportado hasta este momento muy concertadora con la nación, porque hemos heredado el esfuerzo y la convicción de Benito Juárez. Sin embargo, no se debe olvidar que hemos sido un volcán latente que en cualquier momento puede hacer erupción si no se atienden los viejos rezagos de justicia por los que tantos serranos han dado su vida”.
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