Marchan al Zócalo el 1° de Mayo en México DF
Hoy, 1° de Mayo, numerosos contingentes de trabajadores salieron de distintos puntos de la Ciudad de México para llegar al Zócalo, donde unos 70 electricistas del SME se encuentran en huelga de hambre. A decir verdad, para ser el primer “Día del Obrero” después de que Felipe Calderón dejó en la calle 42,000 familias del sindicato más militante del país, era de esperar un mitin de alta combatividad en un Zócalo atiborrado. Esto no se dio. A pesar del sentido generalizado de que “no tenemos nada que festejar”, hasta ahora los políticos y líderes sindicales que suelen traicionar o decepcionar a sus bases siguen en poder, y obstaculizan cualquier esfuerzo de los trabajadores para recuperar lo suyo.
De las bases, había apoyo unánime para los justos reclamos del SME, respaldo unánime a los huelguistas, odio unánime a Felipe Calderón y al Secretario del Trabajo Javier Lozano, y rechazo unánime a su iniciativa de reforma laboral. En el Zócalo, también se veían mantas y carteles que rechazan la Ley Arizona, apoyan los derechos de los inmigrantes, repudian la violencia contra la mujer y exigen libertad para los presos políticos.
De lo que reportan los participantes, algunos de los contingentes eran de alta energía, incluso unos del SME y otros sindicatos independientes, y también unos de los no asalariados, quienes nunca ha tenido un “buen trabajo” y tiene poca posibilidad de encontrar uno. También los contingentes con una perspectiva anti-sistémica tenían mucha fuerza. Estos últimos no ponen su fe en ningún político o dirigente sindical.
La Otra Obrera reporta que tenía buena respuesta de la gente en la calle, especialmente en Tepito. En sus volantes y pláticas plantean que las graves condiciones como el desempleo, salarios miserables y falta de seguridad social se deben a una crisis general en el mundo del sistema capitalista y que la solución reside en enfrentar a la burguesía y sus gobiernos para instaurar el poder obrero.
En el contingente anarquista, los mártires de Haymarket estaban presentes en la memoria de las y los que marcharon desde el Monumento de la Revolución. Exigieron autonomía para los trabajadores y trabajadoras, la libertad de los presos anarquistas de México y el mundo y un fin a la represión contra el movimiento anarquista. Hoy, a pesar de un buen número de policías uniformados y no uniformados que siguieron el contingente, parece que no le era conveniente al gobierno de Marcelo Ebrard reprimir a los manifestantes, como es habitual en la marcha anual del 2 de octubre y otras ocasiones.
Según el taller de periodismo “Aquiles Baeza”, aproximadamente 2,000 personas marcharon en el contingente de La Otra Campaña, incluso unas 200 integrantes de la Red Mexicana de Trabajo Sexual, la Brigada Callejera de Apoyo a la Mujer "Elisa Martínez" y la Cooperativa de Trabajadores Sexuales Los Ángeles en Busca de la Libertad. Estos colectivos exigieron al gobierno de DF el esclarecimiento de los asesinatos de trabajadoras sexuales de Tlalpan, respeto al derecho al trabajo, repudio a las expulsiones de trabajadoras de sus lugares de trabajo y repudio a la iniciativa de ley del diputado perredista Julio César Moreno, que busca legalizar la explotación sexual y la trata de personas, con el resultado de que el lenocinio se institucionaliza.
Otros participantes en el contingente eran de Mano con Mano de Tampico, carretilleros del movimiento revolucionario Ricardo Flores Magón, Frente Popular Francisco Villa Independiente de Pantitlán e Iztapalapa, Alianza Metropolitana de Organizaciones Sociales (AMOS), Red Zapatista contra la Represión, Sector Mujeres de la Otra Campaña, Mujeres Tejiendo Dignidad, La Otra Surponiente, Telefonistas Zapatistas, Regeneración Radio, Colectivo los Nadies, Educación para la Liberación de Nuestros Pueblos, revista digital Desinformémonos, La Otra Culta In-Lak-Ech, La Otra Salud e individuos de la Sexta Internacional.
Según Noti-Calle, las demandas generales del contingente eran “el respeto a los trabajadores no asalariados del Centro Histórico. Que cesen las hostilidades del ejército y paramilitares a las bases de apoyo zapatistas y comunidades adherentes como Acteal y Mitzitón. Castigo a los asesinos confesos de la matanza de Acteal. Que finalice la criminalización de los luchadores sociales y de la Otra Campaña. Que se liberan a todos los presos políticos, particularmente a los 12 de Atenco, entre quienes se encuentran Ignacio del Valle, líder histórico del Frente de Pueblos en Defensa de la Tierra (FPDT). Que se castigue a la organización Unidad de Bienestar Social de la Región Triqui (UBISORT), responsable del ataque a la caravana de observación que se dirigía al municipio autónomo de San Juan Copala, donde fueron asesinados Alberta Cariño, integrante de Centro de Apoyo Comunitario Trabajando Unidos (Cactus), y Tyri Antero Jaakkola, compañero observador internacional originario de Finlandia”.
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