*EL JUICIO DE TONY Y LOS ACOMODOS DE LA OPOSICIÓN EN HONDURAS*
*Por Tomas Andino Mencía*
La llamada “oposición” en Honduras, da pena decirlo, anda más perdida que una cabra: Tienen en sus manos una OPORTUNIDAD de ORO para emprender una lucha a fondo que podría dar al traste con el régimen juanorlandista, pero la echan a perder con los argumentos más sonsos, incoherentes y sospechosos.
Sabemos por sentido común político que, para echar a este régimen, como a cualquier régimen opresor, son necesarios los siguientes factores claves: 1) Que el régimen este en su momento de mayor debilidad política, 2) que el Pueblo en abrumadora mayoría quiera la salida del régimen y esté dispuesto a movilizarse para ello de manera masiva, 3) que las organizaciones de la oposición estén fortalecidas mediante su unidad y estén dispuestas a dar la pelea, y, 4) que estas cuenten con una alternativa de poder para sustituirlo. Los primeros dos factores no dependen de lo que quiera o haga la oposición, en cambio, los dos últimos sí.
*EL REGIMEN NO PUEDE SOSTENERSE Y EL PUEBLO QUE LO QUIERE ECHAR*
Sobre los dos primeros factores estamos bien. Hoy día vivimos el momento de mayor debilidad política del régimen que surgió del Golpe de Estado de 2009. En diez años que lleva gobernando, no había estado en una situación de mayor descredito, nacional e internacional, hundido hasta el tuétano por gigantescos escándalos de corrupción y asediado desde el mismo imperio de donde se ha nutrido su poder por su pertenencia a mafias del crimen organizado.
Esta especial coyuntura ocurre porque, por primera vez en mucho tiempo, en Estados Unidos los poderes políticos de ese país se han dividido en torno a Honduras: por un lado, Trump quiere mantener a JOH porque lo necesita para sus jugadas geopolíticas, mientras que los demócratas quieren cambiarlo, para lo cual instrumentan los juicios de New York, que tienen una clara dedicatoria a cuestionar a JOH por motivo de su condición de narcoestado.
A medida que pasa el tiempo, la balanza se está inclinando cada vez más a favor de quienes en Estados Unidos quieren la salida de JOH, tanto desde el Congreso como desde el poder judicial gringo, lo cual explica el desdén con el que Nanci Pelosi, Presidenta de la Cámara de Representantes, trato a JOH en su reciente visita a Honduras, y por qué la Fiscalía de New York y el Departamento de Justicia de Estados Unidos lo tienen en la mira en los juzgados de aquel país. Lo único que lo sostiene en el poder, es el apoyo de su padrino principal, Donald Trump, pero este último enfrenta la inminencia de un juicio político en su propio país, a manos precisamente de Pelosi, Presidenta del Congreso gringo, por lo que tarde o temprano es previsible que Trump le quite el apoyo a JOH, para no complicar más su situación por respaldar a un narco gobierno.
Los demócratas, como Norma Torres, no quitan el dedo sobre el renglón y siguen atentamente la pista al caso de Tony Hernández. Lo que menos le conviene a Trump es embarrarse más de lo que ya está por defender a JOH y a las mafias de narcos de Centroamérica (véase las críticas de la congresista Norma Torres) (1). Total, JOH es desechable, porque ya hizo todo lo que le pidió: abrió la Oficina de negocios de Honduras en Jerusalén, hace contención de los migrantes en las fronteras y firmo el Convenio de Tercer País más seguro, autorizo el ingreso de tropas norteamericanas e israelíes a nuestro territorio, firmo el convenio recién firmado con el FMI, y así un largo etcétera.
El segundo factor también está presente, aunque con altos y bajos. El repudio al juanorlandismo es abrumador en la población, incluso en el Partido de gobierno, debido al “destape” de la podredumbre que se ha logrado en los últimos años. Este repudio no solo se expresa a nivel electoral, sino en los eventos públicos, en las redes sociales y también se ha expresado en forma de movilización de masas intermitente, al punto que, en algunos momentos pico, ha llegado a paralizar el país, exigiendo su salida. Los altos y bajos tienen que ver principalmente con la actitud de las fuerzas de oposición, como veremos a continuación.
*El tercer factor es la fortaleza de la oposición… Y, bueno, aquí comienzan nuestros problemas*
Empecemos por reconocer que la “oposición” hondureña tiene diversas expresiones y no es una sola. La oposición que ha declarado querer echar al gobierno es partidaria y social. La oposición partidaria tiene dos vertientes: 1) el Partido LIBRE oficial, dirigido por Manuel Zelaya; y 2) la Plataforma Ciudadana por Honduras. La oposición social tiene dos expresiones principales: 1) la Plataforma de Defensa de la Salud y Educación, dirigida por la Dra. Suyapa Figueroa, y, 2) la Convergencia contra el Continuismo seguida por varias otras expresiones populares.
¿Qué posición tienen cada una de ellas? Todas dicen querer sacar a JOH, pero hay diferencias manifiestas en los plazos, los métodos de lucha y las propuestas alternativas de gobierno. Inicio aquí un análisis en dos partes, sobre cada uno de estos actores políticos claves.
*LIBRE: CALCULO DESMOVILIZADOR Y SUICIDIO ELECTORAL PARA 2021*
El Partido LIBRE es el mayor partido de oposición y con la mayor capacidad de movilización partidaria en el país. Hasta antes del juicio de Tony Hernández dicho partido apostaba a pie juntillas en sacar a JOH en las elecciones de 2021, y por eso no ha mostrado interés en convocar o participar en ningún proceso de levantamiento popular que lo saque de esa agenda. Los ejemplos sobran y no volveré sobre lo que ya he escrito en otros artículos. Pero después de iniciado el juicio, parece haber cambios.
Recientemente, el Coordinador General de LIBRE declaro que “si Tony es declarado culpable”, entonces: “se debe sacar a Juan Hernández del poder y adelantar las elecciones” (2) Eso significa esperar que termine el juicio y hasta entonces, dependiendo de su resultado, LIBRE convocaría a luchar para sacar a JOH en elecciones al corto plazo, o esperaría hasta 2021. En otra entrevista, cuando el periodista le pregunta a Carlos Eduardo Reina, qué pasaría si no hay condena, fue claro al decir: “¿a qué vamos a salir a la calle?” (3).
En buen castellano, luchar contra JOH hoy día está condicionado a las decisiones que tome el tribunal gringo de New York.
Estos dirigentes justifican esa decisión en que no es conveniente movilizarnos contra el gobierno ahora, porque eso atemorizaría a los jurados y jueces norteamericanos ante la posibilidad de que la izquierda tome el poder en Honduras, ya que esa es la campaña que ha hecho JOH en el exterior, y que eso los llevaría a declarar inocente a Tony.
Pocas veces he escuchado un argumento tan débil, viniendo de gente tan inteligente y fogueada en política. Es un error garrafal, en primer lugar, porque parte de creer que a los gringos se les puede desinformar fácilmente. ¿Acaso la CIA, la DEA y el Consejo Nacional de Seguridad gringo están pintadas y no saben quién es quién en Honduras? ¿Es que podremos “sorprenderlos” con algo así? Otro absurdo es pensar que eso cambiaría el resultado del juicio: ¿En qué cabeza cabe que el juez y el jurado de una Corte de Estados Unidos, seleccionada para sentenciar casos de narcotráfico de altos vuelos, similares al del Chapo Guzmán, se van a “preocupar” y van a cambiar su veredicto porque en Honduras se hagan manifestaciones contra el hermano de ese narcotraficante? ¡Por favor!
El fondo de la cuestión es que esta posición niega el principio de autodeterminación de nuestro Pueblo porque a cuenta de qué liberarnos de la dictadura debe depender de la susceptibilidad de una corte en Estados Unidos o de lo que piense un presidente gringo. ¿Acaso no tenemos suficientes motivos para luchar en la calle por sacar a JOH, más allá de lo que se ventile en la Corte de New York? ¿Dónde queda entonces nuestro derecho a la Autodeterminación y nuestra Soberanía? El pueblo exige la salida de JOH por los miles de crímenes que ha cometido aquí en todos los campos, de lo cual suficiente evidencia ha salido a la opinión pública. No necesitamos el veredicto de ningún juez de New York para luchar por esos motivos.
Esta posición se complementa con la solicitud de LIBRE de iniciar un proceso de “Juicio Político”. Esa iniciativa es una elegante forma de perder tiempo y postergar la lucha de calle. Según la Constitución y Ley Especial de Juicio Político, se requieren de 96 votos, es decir, prácticamente de la mayoría de bancadas para que se apruebe, algo dificilísimo de conseguir, aparte de las otras trabas: amparado en la antidemocrática Ley Orgánica del Congreso, Mauricio Oliva pondrá ese punto en agenda cuando le ronque la gana, lo cual puede ser una eternidad, dado que el Partido Nacional se opone a la propuesta; luego se nombrara una Comisión de investigación que rendirá un informe en 30 días; después se discute y decide en 5 días.
Es sintomático que, en algo tan vital para el futuro del país, LIBRE no llama a hacer una insurrección parlamentaria, que paralice el Congreso hasta la salida del narco dictador, como si lo hizo para cuando exigió reformas electorales.
En conclusión, la estrategia de la dirigencia de LIBRE no ha cambiado; solo la ha ajustado. Siguen apostando a las elecciones de 2021, pero a la vez dejan la puerta abierta por si se desencadena una crisis política antes de tiempo con la sentencia de New York, en la que los gringos decidan sustituirlo por otro de su confianza. Mientras algo así sucede, no piensan mover un dedo para convocar ningún levantamiento, sino que, por el contrario, confían en postergar la “euforia” pro insurreccional con la espera del fin del juicio hasta que se disipe el interés y nos alcance el inicio del proceso electoral en marzo de 2020. Recuérdese que el juicio puede prolongarse más allá de lo que pensamos: actualmente estamos en el momento de las audiencias de presentación de evidencias y testigos, pero después viene la etapa en la que el jurado delibera y después la etapa de la sentencia y definición de medidas; lo cual puede prolongarse hasta fines de noviembre o principios diciembre. Para entonces estaremos a las puertas de Navidad y en ese periodo cualquier excusa podría ser “valida” (¿recuerdan diciembre de 2017 y el llamado a dejar las trincheras para hacer nacatamales?). Y esto sin mencionar la posibilidad de con tan solo un jurado que “se dé vuelta”, el Juez puede anular el juicio.
Por lo dicho, este cálculo político se le puede revertir a los compañeros de LIBRE. Arriesgarse a ir a elecciones en 2021 con JOH en el poder, es un suicidio. No se olviden que la presidencia del Consejo Nacional Electoral (CNE) y en el Tribunal de Justicia Electoral (TJE) en el año de las elecciones generales la tendrá la representante del lado oscuro del Partido Liberal y no LIBRE; no se olviden que el bipartidismo se ha asegurado mayoría simple en el CNE y TJE y que ante eso nada podrá hacer; no se les olviden que, si no nos movilizamos, a partir de noviembre será más difícil expresarse por la entrada en vigencia el nuevo Código Penal, que criminaliza cualquier critica que se le haga al gobierno.
Si nosotros como Pueblo no sacamos a JOH antes de que lo saquen los gringos, ellos pondrán al títere que quieran como gobierno provisional, y en ese escenario, LIBRE no tendría oportunidad. Pero si lo sacamos por la vía de la movilización popular sería el Pueblo quien pondría su gobierno de transición y, en ese caso, este convocaría y garantizaría un proceso electoral democrático, en el cual LIBRE tendría opción real a ganar limpiamente el poder.
*LA ACTITUD TIMORATA Y PRO MILITARISTA DE LA PLATAFORMA CIUDADANA POR HONDURAS*
La Plataforma Ciudadana por Honduras está integrada por el Partido Liberal (Luis Zelaya), el Partido Salvador de Honduras (en formación, de Salvador Nasralla), el PINU (Guillermo Valle) y corrientes internas no oficialistas del Partido LIBRE, como la que lidera Nelson Ávila. Esta coalición exige a JOH su salida inmediata del poder y no esperar las elecciones de 2021, para lo cual llaman a una insurrección popular y demandan a los militares que cumplan su misión de velar por el orden constitucional. La alternativa que proponen es un “gobierno constitucional” que dure hasta 2021 para asegurar elecciones libres y democráticas ese año; solo que extrañamente no definen quien ejercería ese gobierno.
La exigencia de la salida inmediata del poder a JOH es correcta porque dejarlo más tiempo en la presidencia es darle la oportunidad de que se recupere y se blinde ante la posibilidad de una solicitud de extradición. Recuérdese que, en el caso de que los gringos solicitaran su extradición, JOH tiene la opción de promover su juzgamiento en Honduras y así no podría ser entregado a la justicia norteamericana.
Por otro lado, su llamado a una insurrección popular también es correcto porque no será mediante elecciones que se le sacará al dictador. El problema es que la Plataforma entiende la insurrección como un acto de manifestaciones pacíficas en las que se toman selfies, agitan pañuelos y se lanzan discursos; “sin quemar llantas ni tomas”, dicen; es decir, sin acciones de presión que afecten a sus amigos los empresarios. Ese tipo de insurrecciones no existen. El acto insurreccional es un acto soberano de fuerza con el cual el Pueblo responde a la violencia del Estado con la violencia popular. Así han sido todas las revoluciones en la historia, como la francesa y la norteamericana misma, o la gesta de Francisco Morazán y Bolívar, las cuales sacaron a dictadores o liberaron sus países a la fuerza, ya que sus opresores no entienden de razones.
Pero la ingenuidad de la Plataforma Ciudadana raya en lo sublime cuando piden a la cúpula militar que intervengan en esta crisis. Tal cosa es un absurdo. Basta recordar que las Fuerzas Armadas asestaron el Golpe de Estado de 2009, y que ya están interviniendo, pero a favor del régimen juanorlandista. Ellos no pueden ser aliados del Pueblo porque son nuestros verdugos. La única forma en que puedan hacer lo contrario es que el Comando Sur de Estados Unidos se los ordene y ahí si se cuadran los serviles. Pero mientras eso no suceda, esa posibilidad es un sueño.
En ese sentido la posición de la Plataforma Ciudadana es, por decir lo menos, ingenua, y su posición viene a ser inefectiva para producir la salida del dictador.
Entonces, ¿a qué se atiene la Plataforma Ciudadana para ser tan optimista? Pues que creen que los gringos harán el trabajo sucio de sacar a JOH y que reverdecerá la democracia en Honduras. Por eso su mirada está más puesta en New York que aquí. Tienen la confianza de que es inevitable el enjuiciamiento de JOH por los gringos y que Trump no estará en condiciones de auxiliarlo, por lo que ven inevitable que JOH será sacado del poder, y ellos quieren estar ahí cuando eso suceda para ser colocados en su lugar con el apoyo gringo.
Sin embargo, en mi opinión, esta esperanza de la Plataforma Ciudadana es poco realista porque el gobierno de Trump, aun en el hipotético caso de sustituir al déspota antes del proceso electoral de 2021, no lo sustituiría por Nasralla ni por Luis Zelaya, sino por alguien del mismo grupo de poder de JOH para asegurar la continuidad de su estrategia y el control de la situación, es decir, para la continuación de su régimen oprobioso. Uno de los más potables para la sucesión es Mauricio Oliva, Presidente del Congreso, quien aseguraría la continuidad del juanorlandismo sin Juan Orlando, aduciendo que se haría “respetando” la Constitución. Técnicamente la primera opción legal para sustituir a JOH sería un(a) Designado(a) Presidencial, como Ricardo Álvarez, pero este personaje no es viable porque no tiene el poder de Oliva y no es del grupo de confianza del juanorlandismo. De hecho, Ricardo Álvarez aparece mencionado en el caso del Trans 450 por parte del Ministerio Publico. En contraste, es sospechoso que el nombre de Mauricio Oliva ha dejado de sonar en los escándalos de corrupción y en la lista de extraditables a los juicios. ¿Le están limpiando el camino?
Al final, si esta tesis es correcta, la Plataforma Ciudadana será inducida a plegarse a lo que los gringos impongan en contubernio con el poder, porque hasta ahora ni Nasralla ni Luis Zelaya han mostrado capacidad de convocar siquiera un mitin ligeramente numeroso como para venderse bien, mucho menos para sacar al régimen con una “insurrección pacífica”. No sería extraño entonces que a estas alturas Nasralla haya caído en cuenta de esa realidad porque en los últimos días hemos visto que ya no exige ser el sustituto de JOH, y en su último comunicado habla de un “gobierno constitucional”, un término que hasta ahora no había utilizado.
*REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS*
(1) Torres cuestiona a Trump por llegar a acuerdos con un acusado por narcotráfico
https://notibomba.com/torres-cuestiona-a-trump-por-llegar-a-acuerdos-con-un-acusado-por-narcotrafico/amp/?fbclid=IwAR3H5w5FEpsFpZ7-
Ca4dyFYaeVT_JxWDMECbXfP_tQsBcWBUGqs5s6zCY40
(2) Criterio.hn; “Hay que sacar a JOH y adelantar elecciones”
https://criterio.hn/2019/10/07/hay-que-sacar-a-joh-y-adelantar-elecciones-mel-zelaya/?fbclid=IwAR0AhFGWxTJrquayyNR3qiU43DHtIUkXNRge9vFeih3QWTPzAB-xDKqqdo8
(3). Confidencial Honduras: “Libre confirma que convocara a acciones después de la condena de Tony Hernández”.
https://www.youtube.com/watch?v=hKWEa9H3owQ
(4). NODAL, Multitudinaria protesta pide la renuncia de Hernández por vínculos con el narco.
https://www.nodal.am/2019/08/honduras-multitudinaria-protesta-pide-la-renuncia-de-hernandez-por-vinculos-con-el-narco/?fbclid=IwAR3LEzhg-foGUiaYks7UQur1Qo3UiqeS68Mlnqx585jLrOfm6IWpNns2MjE
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