Mientras Marcelo Ebrard ilumina el zócalo de la “Ciudad Segura” para los festejos del Bicentenario de la Independencia de México, el joven Victor Herrera Govea no tiene nada de seguridad. Su familia, compañeros y compañeras, tampoco.
El 8 de septiembre de 2010, durante un mitin de protesta ante el Tribunal Superior de Justicia del Distrito Federal, éramos objeto de un operativo de “encapsulamiento” en el cual decenas de personas fuimos agredidos con los escudos de los granaderos de Marcelo, quienes también patearon a la gente y arrastraron a una compañera que intentó impedir el robo de la camioneta del sonido. El operativo duró más de una hora con los manifestantes rodeados, agredidos y amenazados por sicarios armados que trabajan para el Estado. Nadie pudo salir del círculo. Nadie pudo entrar. Un secuestro exprés. Pero en este caso no nos exigieron dinero, sino nuestra pasividad ante una larga serie de atropellos.
Estábamos exigiendo libertad para Victor, quien sigue en la cárcel a casi un año de ser ilegalmente detenido simplemente por ser joven y ejercer su derecho a protestar contra la represión en la marcha del pasado 2 de octubre. Su contingente también fue “encapsulado” y Victor fue golpeado salvajemente dos veces: la primera por los granaderos de “la ciudad de la izquierda, sea la ciudad donde se garanticen los derechos de todas y todos” (según el ex jefe de policía que ahora manda en la ciudad) y la segunda por agentes federales del pequeño dictador militar Felipe Calderón. El secuestro y maltrato de Victor sigue en curso.
La protesta del 8 de septiembre empezó con un mitin ante el edificio del Gobierno de Distrito Federal de alrededor de cien personas del Comité de Victor, la Otra Cultura y otros colectivos de la Otra Campaña, colectivos anarquistas, estudiantiles y ecologistas. Ahí estuvieron los compañeros y compañeras de San Salvador Atenco y San Juan Copala, quienes traían la fuerza de sus luchas a la manifestación. Después de estar ahí más de dos horas, marchamos al Tribunal, donde una comisión entró para presentar una denuncia.
Mientras esperábamos pacíficamente en la calle, los granaderos de Marcelo Ebrard primero se agruparon al otro lado de la calle como si estuvieran esperando un asalto contra el Hemiciclo a Juárez, para luego rodear y replegarnos hacia la banqueta a empujones, escudazos y patadas. El Comité de Victor reportó que “Varias personas fueron golpeadas, a una compañera la hirieron en la nariz, a un músico se le intentó quitar la guitarra… Una compañera metió una denuncia ante el Instituto de la Juventud del Distrito Federal y un expediente en la Comisión Nacional de Derechos Humanos. A su vez, el Colectivo contra la Tortura y la Impunidad, metió una queja ante esta misma institución”.
Al salir del cerco por fin, esperábamos en la Alameda Central para que nos devolvieran los dos vehículos robados, donde la tarde fue amenizada por un acto del teatro del grupo Ollin.
Ignacio del Valle leyó una carta firmada por los 12 ex presos de Atenco que dice en parte: “Los ex presos por el caso Atenco demandamos la libertad inmediata e incondicional del compañero Víctor Herrera Govea, interno en el Reclusorio Sur de la ciudad de México, con causa número 286/09, acusado del delito robo en pandilla, que no cometió. Recordemos que el 2 de octubre de 2009, concluida la marcha, policías del Gobierno del Distrito Federal detuvieron al compañero Víctor con lujo de violencia, para después acusarlo falsamente y así convertirlo en preso político. Ese día él salió del otro plantón (Texcoco) donde se encontraba de manera permanente demandando en aquel entonces nuestra libertad porque también nosotros sufrimos una injusticia del mal gobierno. Nunca nos falló, ni faltó a sus principios como libertario. Ha pasado 342 días en prisión como preso de conciencia del gobierno mexicano. Desde entonces la señora Celia Marín Sasaki, juez de consigna, se ha empeñado en violentar el estado de derecho que dice cumplir, pero sólo cuando se trata de la hija de Álex Lora. Hay que estar al pendiente porque en días próximos deberá resolver en sentencia, pues ya entorpeció demasiado durante el proceso. La resolución, si es conforme a derecho, deberá ser absolutoria, ya que no existe prueba alguna en contra de Víctor”.
Marcelo Ebrard también es fiel a sus principios. ¿Pero cuales son? Pues, la ley y el orden, no más. Ha sido hombre fiel a Carlos Slim y los demás empresarios que trajeron al fascista Rudolfo Giuliani a la Ciudad de México durante el gobierno de López Obrador. Y claro, fiel a su mentor Giuliani. Para que Marcelo y su maestro pudieran caminar por las calles de la ciudad en enero de 2003, hacía falta una escolta de 400 hombres armados más un helicóptero. Desde entonces, Marcelo ha implementado un 90% de sus recomendaciones, “limpiando” la ciudad de los pobres, los indígenas, las trabajadoras sexuales, la juventud y la gente rebelde. Dentro del marco del autoritarismo neoliberal cualquier protesta social es un asunto del “caos vial” o de la delincuencia.
Por supuesto que el ex jefe de la SSP ha demostrado que sabe cumplir con sus compromisos a la policía. En el 2007, en un discurso a los policías que se graduaron del Instituto Técnico de Formación Policial, Marcelo aseguró que “para el año 2010 el Distrito Federal será la ciudad más vigilada del país” con 8,000 cámaras de vigilancia por toda la ciudad. El pasado 2 de septiembre, fiel a su promesa, el mandatario aseguró que sus centros de comando y control, llamados C2, están en operación.
Más vigilancia, más policías, más equipo militar, más programas de soplones, más leyes duras, más prisiones para la gente, más trabajo como policía o militar. Qué buena manera de honrar a los luchadores que murieron en la Guerra de la Independencia y la Revolución Mexicana. Parece que Marcelo está en competencia con Felipe Calderón, Enrique Peña Nieto, Ulises Ruiz y demás traidores para el Premio Victoriano Huerta.
Y Victor Herrera Govea espera su libertad.
Para más información y fotos vean:
http://vsencapsulamiento.wordpress.com/
http://notilibertas.blogspot.com/2010/09/mitin-por-la-libertad-de-victor-herrera.html
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