La ocupación de la planta Ssangyong en Pyeongtaek, cerca de Seúl se ha transformado en el mayor conflicto obrero de los últimos años en Corea del Sur.
Cuando el 22/5 la gerencia de la Shanghai Automotive Industry Corporation anuncia un plan de reestructuración, que consistía en 1.700 jubilaciones anticipadas obligatorias y el despido inmediato de 300 eventuales, cerca de 1.000 trabajadores decidieron ocupar la planta. No es para menos, este plan implica la destrucción de 2.643 puestos de trabajo –un 36 % del conjunto de la fuerza laboral–.
Allí permanecen en ocupación. Y desde entonces la situación no ha sido fácil ni pacífica. Los trabajadores han sufrido varios intentos de desalojo y hubo enfrentamientos con la policía a quienes han ahuyentado valiéndose de hondas con tuercas y tornillos como municiones.
El KMWU (Sindicato de trabajadores metalúrgicos de Corea del Sur por sus siglas en inglés) hasta ahora ha apoyado la ocupación de la planta y la preparación de la defensa armada, pero tratando de canalizar las negociaciones alrededor de las cuestiones de los despidos, mientras que las demandas de los trabajadores son: No a los despidos; seguridad laboral para todos y no a la externalización de la empresa.
A mitad de junio, la planta seguía ocupada por 1000 trabajadores y sus esposas y familiares garantizaban el aprovisionamiento de alimentos, medicamentos y otros insumos. El centro de la ocupación está impulsado por 50-60 grupos de base de 10 trabajadores cada uno, quienes a su vez eligen un delegado para coordinar las acciones. En ese momento, el gobierno de derecha del presidente Lee Myung, que atravesaba una crisis política y no podía darse el lujo de reprimir a los trabajadores, esperó el momento oportuno para hacerlo. A fines de junio cambió la situación. Empezó un ataque más duro por parte de la patronal y el gobierno quienes contrataron matones y carneros entre los trabajadores que no iban a ser despedidos con el objetivo de entrar en la fábrica y quebrar la huelga. Los trabajadores se defendieron con barras de hierro y cócteles molotov. Luego de una violenta lucha, que les costó varios heridos, la combatividad de los operarios permitió seguir la ocupación decidiendo concentrarse en la sección de pinturería ya que sus productos inflamables evitarían que les tiraran gases lacrimógenos. Luego de este enfrentamiento, la patronal declaró que había habido demasiada violencia y le pidió al gobierno que interviniera.
Desde entonces hubo varias acciones llamadas por el KMWU para evitar el aislamiento: campañas, actos en la puerta de la planta e incluso huelgas parciales en fábricas automotrices cercanas. El 16/7, 3,000 metalúrgicos se concentraron en las puertas de la fábrica para expresar su solidaridad y cuando trataron de entrar fueron bloqueados por la policía.
La huelga en un momento crítico
A partir del fin de semana del 18/7 se montó una ofensiva policial para romper la ocupación. En el lugar hay cerca de 40 ambulancias y 290 camas preparadas en hospitales cercanos para asistir a los heridos que se anticipa pueden haber. En este momento hay cerca de 3.000 policías rodeando la fábrica, reforzados con cañones de agua y helicópteros.
Un obrero de una planta cercana que está participando activamente en las acciones de apoyo nos cuenta en uno de sus informes: “La policía ha lanzado acciones de presión ideológica las 24 horas al mandar un helicóptero volando bajo todo el tiempo para evitar que los trabajadores duerman. Han cortado el suministro de agua y gas y están impidiendo el ingreso de ayuda médica humanitaria. (No han cortado la electricidad para evitar que la pintura y otros materiales inflamables se echen a perder)…la policía ha arrojado gas con material tóxico que tiene la capacidad de derretir gomaespuma… Cerca de 700 trabajadores en ocupación comen potes de arroz con sal en lugar de comidas y beben agua de lluvia hervida. Aunque muchos obreros han sido heridos durante los enfrentamientos continúan su lucha con firmeza. El 25, los trabajadores y otros participantes, armados con barras de hierro y piedras de la vereda lucharon contra la policía antidisturbios al final de la manifestación…. Las luchas continuaron hasta altas horas de la noche en las calles de Pyeongtaek”.
En la prensa se señala que el gobierno y el establi-shment quieren “enseñarle” una lección no sólo a los trabajadores de la industria automotriz sino a otros sectores también y comentan que el KMWU y la KCTU (la confederación sindical de Corea) deben aprender la lección de General Motors, a la vez que elogian el rol jugado por el sindicato United Auto Workers de Estados Unidos que le prometió al gobierno no convocar a huelgas hasta el 2015 a cambio de ayuda financiera.
En este marco de feroz ataque patronal, las direcciones sindicales siguen con su juego de siempre: por un lado, declaraciones militantes en favor de la huelga (y en este caso hasta apoyar la ocupación ilegal, que no era para nada su iniciativa) y por otro lado una tentativa constante de conseguir “algo” en negociaciones cerradas, preparando la próxima derrota.
Prueba de esto es que el KMWU había hecho concesiones que incluían recortes de empleos, trabajo compartido y recorte de las horas, abandonando sus demandas previas de que no se perdiera ningún puesto. A pesar de estas concesiones la patronal decidió levantar una reunión prevista para este sábado exigiendo el desalojo de la planta y rechazó las concesiones presentadas por el sindicato.
Sin embargo, el ánimo de los operarios no es la negociación. Ante la presencia y ataque policial los trabajadores reunidos en un mitin el día lunes 27/7 exigieron el retiro de la policía; negociaciones directas con la patronal y el gobierno y el inicio de una investigación por los vertidos ilegales del uso de tecnología de diesel híbrido
La lucha está demostrando que hay activistas sindicales y luchadores obreros dispuestos a todo y que no van a aceptar las condiciones que la patronal y la dirigencia sindical quiere imponerles. Sólo la organización democrática de los trabajadores puede presentar una alternativa que muestre un camino diferente que sirva de ejemplo de lucha a seguir para los trabajadores de automotrices y otros sectores que saldrán a enfrentar la agenda liberal. Al cierre de esta edición la policía ha lanzado un nuevo ataque contra los trabajadores en ocupación y la resolución del conflicto permanece incierta.
Queremos agradecer la información brindada por el escritor y activista marxista Loren Goldner, quien se encuentra en Corea del Sur y nos ha facilitado numerosos informes enviados por trabajadores activos en las acciones de apoyo de la huelga que nos han permitido realizar esta nota. Lea más sobre la huelga en www.ft-ci.org.
Cuando el 22/5 la gerencia de la Shanghai Automotive Industry Corporation anuncia un plan de reestructuración, que consistía en 1.700 jubilaciones anticipadas obligatorias y el despido inmediato de 300 eventuales, cerca de 1.000 trabajadores decidieron ocupar la planta. No es para menos, este plan implica la destrucción de 2.643 puestos de trabajo –un 36 % del conjunto de la fuerza laboral–.
Allí permanecen en ocupación. Y desde entonces la situación no ha sido fácil ni pacífica. Los trabajadores han sufrido varios intentos de desalojo y hubo enfrentamientos con la policía a quienes han ahuyentado valiéndose de hondas con tuercas y tornillos como municiones.
El KMWU (Sindicato de trabajadores metalúrgicos de Corea del Sur por sus siglas en inglés) hasta ahora ha apoyado la ocupación de la planta y la preparación de la defensa armada, pero tratando de canalizar las negociaciones alrededor de las cuestiones de los despidos, mientras que las demandas de los trabajadores son: No a los despidos; seguridad laboral para todos y no a la externalización de la empresa.
A mitad de junio, la planta seguía ocupada por 1000 trabajadores y sus esposas y familiares garantizaban el aprovisionamiento de alimentos, medicamentos y otros insumos. El centro de la ocupación está impulsado por 50-60 grupos de base de 10 trabajadores cada uno, quienes a su vez eligen un delegado para coordinar las acciones. En ese momento, el gobierno de derecha del presidente Lee Myung, que atravesaba una crisis política y no podía darse el lujo de reprimir a los trabajadores, esperó el momento oportuno para hacerlo. A fines de junio cambió la situación. Empezó un ataque más duro por parte de la patronal y el gobierno quienes contrataron matones y carneros entre los trabajadores que no iban a ser despedidos con el objetivo de entrar en la fábrica y quebrar la huelga. Los trabajadores se defendieron con barras de hierro y cócteles molotov. Luego de una violenta lucha, que les costó varios heridos, la combatividad de los operarios permitió seguir la ocupación decidiendo concentrarse en la sección de pinturería ya que sus productos inflamables evitarían que les tiraran gases lacrimógenos. Luego de este enfrentamiento, la patronal declaró que había habido demasiada violencia y le pidió al gobierno que interviniera.
Desde entonces hubo varias acciones llamadas por el KMWU para evitar el aislamiento: campañas, actos en la puerta de la planta e incluso huelgas parciales en fábricas automotrices cercanas. El 16/7, 3,000 metalúrgicos se concentraron en las puertas de la fábrica para expresar su solidaridad y cuando trataron de entrar fueron bloqueados por la policía.
La huelga en un momento crítico
A partir del fin de semana del 18/7 se montó una ofensiva policial para romper la ocupación. En el lugar hay cerca de 40 ambulancias y 290 camas preparadas en hospitales cercanos para asistir a los heridos que se anticipa pueden haber. En este momento hay cerca de 3.000 policías rodeando la fábrica, reforzados con cañones de agua y helicópteros.
Un obrero de una planta cercana que está participando activamente en las acciones de apoyo nos cuenta en uno de sus informes: “La policía ha lanzado acciones de presión ideológica las 24 horas al mandar un helicóptero volando bajo todo el tiempo para evitar que los trabajadores duerman. Han cortado el suministro de agua y gas y están impidiendo el ingreso de ayuda médica humanitaria. (No han cortado la electricidad para evitar que la pintura y otros materiales inflamables se echen a perder)…la policía ha arrojado gas con material tóxico que tiene la capacidad de derretir gomaespuma… Cerca de 700 trabajadores en ocupación comen potes de arroz con sal en lugar de comidas y beben agua de lluvia hervida. Aunque muchos obreros han sido heridos durante los enfrentamientos continúan su lucha con firmeza. El 25, los trabajadores y otros participantes, armados con barras de hierro y piedras de la vereda lucharon contra la policía antidisturbios al final de la manifestación…. Las luchas continuaron hasta altas horas de la noche en las calles de Pyeongtaek”.
En la prensa se señala que el gobierno y el establi-shment quieren “enseñarle” una lección no sólo a los trabajadores de la industria automotriz sino a otros sectores también y comentan que el KMWU y la KCTU (la confederación sindical de Corea) deben aprender la lección de General Motors, a la vez que elogian el rol jugado por el sindicato United Auto Workers de Estados Unidos que le prometió al gobierno no convocar a huelgas hasta el 2015 a cambio de ayuda financiera.
En este marco de feroz ataque patronal, las direcciones sindicales siguen con su juego de siempre: por un lado, declaraciones militantes en favor de la huelga (y en este caso hasta apoyar la ocupación ilegal, que no era para nada su iniciativa) y por otro lado una tentativa constante de conseguir “algo” en negociaciones cerradas, preparando la próxima derrota.
Prueba de esto es que el KMWU había hecho concesiones que incluían recortes de empleos, trabajo compartido y recorte de las horas, abandonando sus demandas previas de que no se perdiera ningún puesto. A pesar de estas concesiones la patronal decidió levantar una reunión prevista para este sábado exigiendo el desalojo de la planta y rechazó las concesiones presentadas por el sindicato.
Sin embargo, el ánimo de los operarios no es la negociación. Ante la presencia y ataque policial los trabajadores reunidos en un mitin el día lunes 27/7 exigieron el retiro de la policía; negociaciones directas con la patronal y el gobierno y el inicio de una investigación por los vertidos ilegales del uso de tecnología de diesel híbrido
La lucha está demostrando que hay activistas sindicales y luchadores obreros dispuestos a todo y que no van a aceptar las condiciones que la patronal y la dirigencia sindical quiere imponerles. Sólo la organización democrática de los trabajadores puede presentar una alternativa que muestre un camino diferente que sirva de ejemplo de lucha a seguir para los trabajadores de automotrices y otros sectores que saldrán a enfrentar la agenda liberal. Al cierre de esta edición la policía ha lanzado un nuevo ataque contra los trabajadores en ocupación y la resolución del conflicto permanece incierta.
Queremos agradecer la información brindada por el escritor y activista marxista Loren Goldner, quien se encuentra en Corea del Sur y nos ha facilitado numerosos informes enviados por trabajadores activos en las acciones de apoyo de la huelga que nos han permitido realizar esta nota. Lea más sobre la huelga en www.ft-ci.org.